29.11.05

Herralde mima a sus autores para que no escuchen cantos de sirenas

Guadalajara, 29 de Nov. ABN (Raúl Cazal).- Es una agradable sorpresa para los editores cuando consiguen el éxito con algún autor. Al parecer, el libro que han pensado como best seller generalmente es un rotundo fracaso, por eso Jorge Herralde, director de la editorial catalana Anagrama, prefiere ejercitar la curiosidad permanente e ir afinando la puntería a través del método de ensayo y error.

Herralde asiste a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara cada año y esta vez es invitado como ponente al encuentro internacional “ Los editores independientes del mundo latino y la bibliodiversidad” donde destacó que hay que lograr que sus títulos tengan un lugar en las librerías y en las mentes de los lectores.

-¿Qué tiene que hacer un editor para que no se fugen sus autores?
-Ellos saben que el equipo de Anagrama los mima muchísimo, les consulta las ilustraciones de la portada, los textos de contratapa y luego, una vez que aparece el libro, hacemos una promoción muy fuerte.

Difícilmente otras editoriales vendan mucho más que nosotros, pero de cuando en cuando hay acenchanzas como los premios, que son otras formas de anticipo y que no tienen nada que ver con las ventas previsibles. Contra esto es imposible luchar.

De todas formas, con tantos años, se nos han ido muy pocos autores. Autores mínimamente importantes como Tom Wolfe, Michel Houellebecq y alguno que otro español. Más bien, estoy satisfecho de la gran fidelidad de los autores a pesar de estas puntuales exepciones que han sucumbido a los cantos de sirena de los grandes grupos editoriales.


EL CÁTALOGO

Las palabras mas recurrentes de un editor es “catálogo” y esta es pronunciada a cada momento por Jorge Herralde. Anagrama nació en 1969 y ha sido sensible al aire del tiempo y de las inquietudes de la época.

-En la primera década era una editorial preferentemente de política, de ensayo y de ciencias sociales. Existía la censura de Franco pero pudimos burlarla en varias ocasiones. También había literatura desde el inicio, pero mucho menos presente y luego, cuando se produjo el llamado desencanto político a finales de los setenta, la narrativa tomó el relevo y empezó la colección “Panoramas de narrativa” de literatura traducida y literatura hispánica. Entre ficción y no ficción, autores en lenguas extranjeras y españolas, hemos configurado un catálago de más 2.500 títulos.


LATINOAMÉRICA

-Pequeño y esporádico era el porcentaje de autores latinoamericanos aunque siempre estuvo presente desde los inicios de Anagrama. El primer secuestro y proceso grave que tuve que enfrentar durante el franquismo fue con un libro latinoamericano que se llamaba “Los Tupamaros”, de Jorge de Vera y Antonio Mercader, dos periodistas uruguayos.

Sin que me falle la memoria, en los primerísimos setenta publiqué “Historia personal del Boom”, de José Donoso, y “Tratado de La Habana”, de José Lezama Lima. El primer premio de novela Herralde, en 1983, lo obtuvo Álvaro Pombo y al año siguiente lo consiguió Sergio Pitol (al momento de conceder la entrevista, se desconocía que Pitol iba a ser merecedor del Premio Cervantes 2005), dos autores muy desconocidos y que ahora son unas de las primerísimas figuras en la literatura de hispana.

Lo que pasa es que había los descollos de la distribución que fueron bastantes complicados durante años con los problemas del derrumbe de moneda, las dictaduras militares y las censuras correspondientes, a exepción de Venezuela.

En los últimos cuatro años “haciendo de la necesidad virtud”, como dice el refrán español, espoleado por la caída de la moneda en Argentina cuando se derrumbó la falsa paridad peso-dolar, decidimos empezar a editar nuestros libros a través de nuestros distribuidores. Y en México, provocado por el aumento del Euro, decidimos hacerlo con los escritores mexicanos y empezamos cuasualmente con Juan Villoro, con “El testigo”, que obtuvo el premio de novela Herralde 2005. Pensaba que él iba a recibir el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos de este año, pero el jurado decidió por Isaac Rosa, autor que no he leído, pero me han comentado críticos que me merecen respeto que su libro “El vano ayer” tiene calidad literaria.

La gran generación de la narrativa española de los ochenta y el recambio no ha sido tan glorioso y, por otra parte, en las literaturas latinoamericanas, lo digo en plural porque son muy distintas, van apareciendo nuevas voces muy interesantes, de una gran calidad literaria y esto ha tenido reflejo en el catálogo.

En los dos últimos dos años el número de títulos de ficción de autores latinoamericanos y de españoles han estado a la par. Cada uno ha contado con 10 títulos publicados por año, aparte de los títulos de no ficción donde está Carlos Monsiváis y Ricardo Piglia en ficción y no ficción.


VENEZUELA

-¿Por qué dentro del fondo editorial de Anagrama no existe ningún autor venezolano?
-Tengo mucho tiempo que no paso por Venezuela. En realidad, existe más interés con otros países donde tenemos una relación más estrecha, por ejemplo, con México, Argentina y Chile. Debo destacar que no nos han llegado nada de allá y quizás tampoco lo hemos buscado.


BOLAÑO

-¿Un escritor debe publicar cada año como lo hacía Roberto Bolaño?
-Lo de Bolaño estaba más bien entre el fetichismo y la obsesión de ganar dinero para la manuntención de sus hijos. El tenía la estrategia de ir sacando novelitas cortas, libros de cuentos o rescataba libros anteriores como “Monsieur Pain” y “Amberes”, mientras iba escribiendo como un poseso esa novela fantástica que es “2666”. De es ta forma llegó a tener un libro al año.

El caso de Roberto Bolaño, aparte de ser una persona a la que me unía una estrecha amistad, es que era era de un talento literario fuera de lo común y en todos los registros. En el ámbito de los cuentos, “Llamadas telefónicas” y “Putas asesinas”, son inccreíbles. En el caso de las novelas breves, “Nocturno de Chile” y “Estrella distante”, son obras maestras. Y sus dos grandes novelas, en “formato mamut”, que son “Los detectives salvajes”, que como es sabido obtuvo el Premio Rómulo Gallegos y fue muy importante para su despegue internacional, y “2666” que es considerada unánimente por los críticos literarios como una de las novelas de los últimos tiempos.


HERRALDE

-Desde hace algún tiempo Herralde se ha convertido en escritor…
-En alguna oportunidad había dicho que un editor no puede ser escritor. Básicamente me refería a que no podía ser novelista, porque un editor tal como se concibe es de una tipología enferma, que está todo el día pensando en la editorial, mientras que el escritor ambicioso está todo el día pensando en sus personajes. Por lo que considero que son actividades radicalmente incompatibles.

Pero lo mío es distinto, todos los libros que he publicado, que ya forman cuatro, forman una especie de mosaico donde voy recogiendo escritos que he ido segregando con motivo de que me han pedido muchas veces revistas perfiles de escritores, luego intervenciones en universidades o en ferias de libros como la de Guadalajara o la de Francfort.

-¿A qué se debe la preferencia de publicar con otras casas editoriales?
-No soy fundamentalista en este sentido. Hay excelentes editores que se han publicado a sí mismo como son los casos de Mario Muchnik, Roberto Calasso, Esther Tusquets, tan solo por mencionarte algunos. Yo empecé así y lo único que buscaba era editoriales que tuvieran un catálago con cuyo autores yo me sintiera cómodo; que editaran de una forma pulcra y dignamente posible y que fueran independientes.

-¿Tiene algún título en ciernes?
-Ahora tengo como 600 páginas y como no hay ningún editor que me imponga prisa, está en la editorial en proceso de revisión y me he juramentado que para el primer trimestre de 2006 lo estaría publicando, pero esta vez con el sello de Anagrama.

-¿Tiene definido el título del libro?
- Estoy dudando. Tiene cuatro partes y una de ellas se llama “Pasión y oficio editorial”, que es el registro alto, y el otro, “Virutas editoriales”, que tiene una connotación más irónica y me divierte más.

-¿Por qué se considera una editorial independiente?
-La editorial es independiente, pero no de mi mismo. Aunque ser independiente en si mismo no es un valor. El valor es el catálogo. Lo que define a una editorial independiente es que puede marcarse una política propia, más coherente. Eso no sucede con los grandes grupos editoriales, cuyos directores van cambiando en la medida que no cumplen con sus objetivos.

Nosotros somos un surco que se va profundizando y ensachando y por tanto es más reconocible y más fácil tener complicidades con lectores, libreros y críticos. En ese sentido, creo que Anagrama es netamente independiente y eso se puede examinar revisando a fondo el catálogo, que es quién dice la verdad. Los editores podemos decir cualquier cosa.

Nuestro catálogo, con mayores o menores aciertos, revela un interés indudable por la calidad literaria. Hemos adquirido excelentes autores y en el ámbito del ensayo tenemos una inquietud por las temáticas que puedan interesar a los más inquietos lectores contemporáneos.

-¿Ha recibido alguna propuesta de algún grupo editorial para adquirir Anagrama?
-Sería una catátrofe para mi que con un fondo tan enorme como el que hemos conformado, no despierte el interés de alguno de los grandes grupos. En los ochenta, el viejo Fernando Lara, de Planeta, me hizo la propuesta, pero como saben cuál es mi postura, ha quedado tan sólo el ofrecimiento. Qué el día que me decida, ellos están interesado, me ha dicho. Y eso para mi es un halago.

Para Bolaño

-A propósito de la reciente publicación de su libro “Para Bolaño”, ¿no han sentido celos los autores de Anagrama por su predilección hacia el autor de “Los detectives salvajes”?
-Confío en que no, aunque el corazón humano es complicado. Quizá porque Bolaño está muerto, que es la macabra realidad. Si estuviera vivo no lo hubiera hecho porque no habría ningún pretexto para hacerlos.

Estos textos fueron provocados por su muerte como un homenaje a un gradísimo escritor reconocidos por todos. Empieza con mi oración laica cuando su entierro y le siguen mis participaciones en homenajes que se realizaron en Santiago de Chile y reflexiones sobre la obra póstuma “2666”.

“Para Bolaño” apareció en otoño de 2005 con las editoriales El Acantilado, de España; Adriana Hidalgo, de Argentina; Catalonia, de Chile; Sexto Piso, de México y Alfadil, de Venezuela.

28.11.05

Profesora de Harvard rescata Las memorias de Mamá Blanca

Guadalajara, 28 de Nov. (ABN).- La novela Las memorias de Mamá Blanca, de Teresa de la Parra, no es un cuento para niños como muchos deben pensar gracias a las lecturas que se imponen en la edad escolar en Venezuela.

La autora de Ficciones fundacionales. Las novelas nacionales de América Latina, Doris Sommer tiene como libro de cabecera Las memorias de Mamá Blanca. Es catedrática de Lenguas Romances y Literatura y directora del programa de estudios de postgrado en español en la Universidad de Harvard, EEUU, y presentó su libro en la 19 Feria Internacional del Libro Guadalajara 2005.

Sommer considera que es un error obligar la lectura de Las memorias de Mamá Blanca, de Teresa de la Parra, a niños que van a la escuela porque sus textos son ironías que juegan con los desechos de la literatura infantil.

Recuerda la catedrática de Harvard la escena trivial y cotidiana donde la protagonista de apenas cinco años de edad, Blanca Nieves, única hija que tiene el cabello negro y lacio, le exige a su madre que le narre historias mientras le riza el pelo frente al espejo. Pero hay un detalle que no hay que obviar, las historias son contadas a su antojo, recreando finales y cambiando personajes de cuentos como La bella y la bestia.

“Este pasaje es la escena de la creatividad latinoamericana. Uno toma materiales de cualquier lugar y los formula, reformula y cambia a su gusto. No es una imitación la literatura latinoamericana, sino un constante jugar con los desperdicios culturales del mundo”, reflexiona Sommer.

Las memorias de Mamá Blanca no se encuentra dentro del canon de las novelas fundacionales porque “es una novela que ironiza los temas minimizando el patriarcado, especialmente, con un sentido de humor muy fino”.

“Pobre papá, hacía el papel ingratísimo de Dios”, cita de memoria y se alegra por conseguir las palabras exactas.

“El padre de Blanca Nives daba órdenes y nadie le hacía caso. Ese tipo de ironía fina y aparentemente cotidiana se lee en esta novela”.

Las novelas fundacionales de mediados del siglos XIX y principio del XX, como María, de Jorge Isaacs, en Colombia , Amalia, de José Mármol, en Argentina, y Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos, en Venezuela, se esmeraron en “fijar significados, roles, proyectos, porque necesitaban promover una sociedad moderna” y establecer los símbolos de una nación.

Sommer contrapone a Gallegos y a De la Parra para reafirmar que en las novelas fundacionales no existen la ironía y se preocupan esencialmente por hacer campaña en favor de la modernidad y del positivismo.

Mientras Gallegos en su novela dice “esto es mío y esto es tuyo; esto es masculino, esto es femenino; no se dice huá, se dice hay”, recuerda Sommer las lecciones de gramática a Marisela en Doña Bárbara, De la Parra “disfruta el desencuentro entre la palabra y el referente”.

“Mamá regaba nombres que no tenían nada que ver con sus hijos. A mí me tocaba Blanca Nieves, yo que era la más morena”, recita con avidez la catedrática e interpreta que De la Parra propone la libertad de no estar atrapados en un nombre.

“Una sola vez tuvo razón mamá, cuando llamó Aurora a la más joven y no sobrevivió a los siete años”, vuelve a recrear en voz alta el texto de Mamá Blanca.

Ficciones fundacionales fue presentado este domingo por Carlos Monsiváis en la FIL Guadalajara 2005. Es su primer libro traducido al español bajo el sello del Fondo de Cultura Económica en diciembre de 2004. La primera edición realizada en 1993, tuvo el respaldo de las ediciones de la Universidad de California, EEUU.

27.11.05

Amantes de Poniatowska presentan sus obras reunidas en la FIL Guadalajara

Guadalajara, 27 de Nov. (ABN).- Elena Poniatowska es una mujer que no se deja quebrantar nunca porque sabe, al final de todo, que “las esperanzas son otra manera de decepcionarse”, expresó Carlos Monsiváis en la 19 Feria Internacional del Libro Guadalajara 2005 (FIL).

En la presentación del libro “Narrativa Breve” de Elena Poniatowska, la autora reveló que los presentadores de sus obras reunidas, Carlos Monsiváis y José Emilio Pacheco, además de haber caminado juntos desde hace 50 años, fueron sus fogosos amantes, y que si ellos llegaran a “petatear” (morir), “no tendría para quien escribir”.

Pacheco leyó tres poemas dedicados a la aparición del libro y Monsiváis disertó sobre la novela breve “Querido Diego, te abraza Quiela”, unas cartas literarias que la autora pensó que debió escribir la rusa Angelina Beloff al pintor Diego Rivera, con quien vivió diez años durante la Primera Guerra Mundial en París, cuando el muralista regresó a México.

El testimonio que recoge Poniatowska, conjetura Monsiváis, se parece asombrosamente en partes al diario de Frida Kahlo donde le dice a Rivera: “Tu eres mi Dios, tu eres mi sombra, tu eres mi oxígeno, tu eres mi madre, tu eres mi padre, tu eres la circunstnacia de mi parto”.

“No hay distanciamiento erótico, ni juicio retroctativo, ni ironías sobre el desgarramiento romántico”, reflexionó en voz alta Monsiváis ante un auditorio de más de 300 personas.

“Querido Diego, te abraza Quiela” es una forma de expresar que “todos los amores son desgraciados y muy tristes”.

El primer tomo integra los libros “Lilus Kikus”, “Querido Diego, te abraza Quiela” , “De noche vienes” y “Tlapalería” y es publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) de México.

La colección intenta recoger a la generación perdida donde se encuentran, incluida Poniatowska, Juan García Ponce, Sergio Pitol, Julieta Campos, Vicente Leñero, Juan Vicente Melo y Rosario Castellano.

Elena Poniatowska nació en París en 1933 pero “es más mexicana que el chile verde”, expresó el Premio Rómulo Gallegos, Fernando del Paso.

Trabajó como periodista en el diario Excélsior y en 1971 le otorgan el premio literario Xavier Villaurrutia por La noche de Tlatelolco, pero lo rechazó bajo el argumento de que se iba a premiar a los estudiantes muertos de la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968.

Elena Poniatowska recibió el Premio Nacional de Periodismo en México en 1979 y su novela La piel del cielo obtuvo el premio Alfaguara en 2001. En 2004 fue condecorada con la Legión de Honor del gobierno de Francia.

Recientemente la autora de “Tinísima” llamó a las mujeres a unirse al candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador, porque mientras fue gobernador del Distrito Federal por primera vez los ancianos y las madres solteras obtuvieron pensiones y servicios médicos.

18.11.05

¡Rechazado el Quijote!

Por Tito Matamala


Señor Miguel de Cervantes y Saavedra

De nuestra consideración:

Hemos recibido una copia impresa de su novela titulada "El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha", que usted nos ha enviado. Luego de someterlo a la lectura de un equipo de editores especializados, y recogiendo sus conclusiones, me permito establecer los siguientes puntos:

1. Se trata de una novela extensa, con ciertos momentos interesantes para un lector no avezado, y algunos rasgos de sarcasmo que, sin embargo, se diluyen en las reflexiones dramáticas de los diversos narradores que confluyen en su obra.

2. El título de su obra, "El ingenioso hidalgo...", es muy poco comercial, lo que aumentaría el riesgo de su publicación. Otras alternativas más sugerentes podrían ser: "Tengo miedo Quijote", o "Fantasías sexuales del Quijote".

3. No queda muy clara la relación y compromiso que existe entre los dos personajes principales. Quizás si se subrayara de manera más notoria la homosexualidad de ambos, podría ser más interesante para las nuevas tendencias editoriales, y para los gustos del moderno lector. En el entendido de que su novela es un manifiesto libertario, no vemos la razón por la que se oculte la legítima opción sexual de sus protagonistas. Se evidencia la falta de un episodio que clarifique esta faceta de la historia. En tal sentido, el personaje llamado Dulcinea debería ser bisexual, para mantener la coherencia del relato.

4. Los rasgos de locura del personaje que se vislumbra como principal, Don Quijote, y que da el título a su libro, impiden que se aprecie concretamente su posición política. ¿Es el personaje principal un revolucionario izquierdista castrista? ¿Acaso es el personaje secundario, Sancho, un agente encubierto de la CIA? Así parece, por su constante oposición al protagonista.

5. Las nuevas tendencias narrativas han dado por muerta a la comedia de crítica social, en cambio se privilegia el drama político realista, con visos de la historiografía reciente. Por tal motivo, no resultan atractivos los episodios humorísticos en su novela, le aconsejaríamos eliminarlos o reformularlos puesto que pueden ser mal interpretados. El capítulo de los molinos de viento, por ejemplo, es, además de barroco, insustancial y con un gastado aire a realismo mágico latinoamericano.

6. La extensión de su novela desequilibra la ecuación de tiraje, número de páginas y precio de venta al público. En estos tiempos, sólo un autor consagrado se puede permitir un texto superior a mil páginas. Y pese a su entusiasmo, señor Cervantes, éste no es su caso. Con un poco de aplicación, puede compactarse su texto a unas 150 páginas si - por ejemplo- elimina todas las historias parásitas contenidas. La economía de recursos verbales también puede aplicarse a los titulares de cada episodio, cuya idea de resumir el contenido del capítulo es redundante. Por ejemplo, el "CAPITULO XX: de la jamás vista ni oída aventura que con más poco peligro fue acabada de famoso caballero en el mundo como la que acabó el valeroso don Quijote de la Mancha", puede quedar simplemente como "Capítulo XX".

7. Del mismo modo, una obra tan larga correría peor suerte en cualquier concurso literario de los que están bajo nuestra influencia y tutela. Pese a un auspicioso comienzo de su novela, cualquier jurado sería incapaz de continuar más allá de lo que usted llama "primera parte". Por tanto, no podría superar las instancias de mínima selección.

8. El extenso léxico que usted ha desplegado en su novela atenta contra la comprensión de los lectores. Son innumerables las palabras que demandan una capacidad intelectual que muy pocas personas poseen. Ya no es época de leer junto a un diccionario de la RAE, nadie tiene tiempo para ello. La nueva narrativa, por el contrario, ha tendido a la simplificación del lenguaje y al fomento del habla vulgar y simple. Algunas palabras soeces enriquecerían su obra, como un acto de complicidad con el público.

9. El tema del remedo de las novelas de caballería no es atractivo para la mentalidad del lector contemporáneo. No obstante, esta falencia podría en parte superarse si el nudo argumental fuese reordenado de modo que se tratase de un grupo de hidalgos y caballeros sometidos a un encierro, en el que debiesen superar pruebas de ingenio, valor y liderazgo. Naturalmente, al caer bajo amenazas de convivencia y talento, los personajes deberían ser expulsados de manera gradual, etapa en que sugerimos que su personaje llamado Quijote sea el primero de ellos, y que luego desde afuera añore las hazañas de la caballería.

Por todas estas consideraciones, que no creemos susceptibles de ser superadas, debemos rechazar la publicación de su novela "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha". Ello no obsta que estemos llanos a evaluar sus próximas obras artísticas, siempre que se atengan de manera más pragmática a las circunstancias actuales.

Atte.

El editor

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. Tomado de El Mercurio.