23.1.14

La guerra económica

Cuando el presidente estadounidense Richard Nixon dio la orden al director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA , por sus siglas en inglés) de hacer “chirrear la economía” chilena cuando apenas comenzaba el gobierno de Salvador Allende, preparaba el golpe de Estado mientras conseguía a los militares que se prestaran para asestar la estabilidad y la democracia que había dado un giro con políticas sociales y soberanas.

La orden se reactivó desde el triunfo de la revolución bolivariana. Desde entonces, los ataques han sido constantes y comenzaron a ser evidentes cuando diputados de oposición entraron a la Asamblea Nacional y en señal de protesta quemaron la recién promulgada Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, en noviembre de 2001. Un mes después, la patronal Fedecámaras convocó a un paro empresarial. El uso de las cacerolas –como en Chile cuando Allende– y la movilización de civiles, el goteo de militares y la orquestación de los medios de comunicación privados consiguieron desestabilizar al país. Su punto culminante lo lograron el 11 de abril de 2002, al derrocar al presidente constitucional Hugo Chávez y establecer un gobierno dictatorial por tan sólo 48 horas.