10.12.06

La muerte de un dictador

Se fue impune Pinochet, asi como Stroessner y muchos otros dictadores oprobiosos de América latina. Por suerte Somoza no corrió con esa suerte.

Los medios como CNN y Globovisión le dieron la estatura de estadista a este criminal.

Lo lamentable es que hay gente que lo llora y sigue pensando que hay que borrar del mapa a todos aquellos que piensen diferentes a ellos. Para muestra, va una foto de una abuela pinochetista y derechista. Las palabras sobran.

28.11.06

Los medios de Marcelino

Estimado Marcelino Bisbal,

debía haber escrito un artículo de opinión para analizar el que tú publicaste en El Nacional, el 26 de noviembre, titulado “Las comunicaciones del régimen”. Pero no consigo mejor manera que el formato epistolar, que es como una conversación íntima, para entender este inventario de artículo.

Pareciera, Marcelino, que tus enseñanzas le están haciendo un gran daño a los medios de comunicación de la oligarquía (sí, oligarquía, no mires para los lados como si no supieras que esa casta no existe en Venezuela), cuando escucho a las comunidades como se expresan en sus medios y con sus propios medios.

Seguramente, éste no es el tiempo que esperabas para los medios que visualizabas como pensador de la cultura massmediática. Es decir, por tus clases impartidas en la Universidad Central de Venezuela (UCV) siempre creí que era importante derrocar el poder de los medios impuestos por los intereses económicos que han modelado nuestra forma de vivir.

Lamentablemente, las estadísticas son pobres a la hora de mostrarlas y, más aún, como las has presentado, como si en Venezuela lo único que existe es una polución de medios del Estado, porque para ti, los medios comunitarios, por tener una posición a favor de la Revolución Bolivariana, le quita el mérito de ser independiente. Aunque seguramente creerás que la línea editorial viene impuesta desde Miraflores.

Marcelino, el paisaje comunicacional aún está intacto. Los medios audiovisuales privados ejercen una gran influencia sobre el ciudadano e imponen un criterio, su criterio, el de sus intereses económicos, y hasta ahora no lo has llamado fascista. En cambio, a los medios del Estado y a las comunitarias, por promover nuestra cultura, nuestros valores, somos considerados algo similar al Duce o, quizá, peor que eso.

Cuando afirmas que el Estado sostiene que «los medios de comunicación no deben pensarse como simples medios de diversión», estoy totalmente de acuerdo contigo. Porque no puede ser una diversión que estos medios sigan chantajeando a la población con la fórmula macarthista y decirnos, en su momento, que un golpe de Estado o el sabotaje petrolero es lo mejor que le puede suceder al país. Supongo que para ellos eso debe ser muy divertido, Marcelino. Pero para la gran mayoría no lo es.

Y por cierto, esa diversión política le ha generado grandes dividendos económicos, tanto a las plantas televisivas como a los moderadores o manipuladores de la opinión. Eso, definitivamente, es muy divertido, Marcelino.

Los que trabajamos en los medios del Estado o en los comunitarios tenemos un objetivo: romper el cerco informativo y manipulador de los medios de comunicación privados. Creo que eso fue lo que nos enseñaste en las aulas de la UCV. Eso es lo que recuerdo, o ¿recuerdo mal?

Si bien, el trabajo que presentas, bajo el supuesto manto inocuo de las estadísticas, lo que muestra es una información sesgada, manipulando los números a conveniencia, por qué no analizas el radio de acción y de penetración de los medios que estudias y, por supuesto, no lo comparas con las corporaciones privadas que están desplegadas en el país y que se encadenan con una gran facilidad a la hora de desinformar y de incitar al golpe de Estado ¿En dónde existe tamaña libertad de expresión?

Nuestro norte no es ir contra quienes piensen diferente a nosotros, sino a develar las manipulaciones mediáticas que quieren imponer un orden diferente al de la libertad y la justicia social.

Caro Marcelino, me despido, con la creencia de que hay mucha tela que pensar sobre los medios, pero sobre todo, hay mucho por hacer.

Fraternalmente,
.
.
. Raúl Cazal
. Mal hábito
. Caracas, 27 Nov. ABN

24.11.06

El País es rojo

Ahora que El País acaba de cambiar de dominio (de .es a .com) recuerdo una escena que presencié en Madrid, a principios de febrero de 2005.

Me encontraba en el restaurant del hotel a la hora del desayuno. Antes de sentarme en la mesa busqué los periódicos y no conseguí ninguno que me llamara la atención.

Me senté a tomar un café con leche un poco incómodo por no conseguir algo para leer mientras esperaba que llegaran unos amigos para desayunar. En la mesa vecina estaba una pareja que se miraban con desagrado. Parecía que habían padecido una mala noche.

Ella tenía en sus manos el periódico El País.

Él le dice: “Esos son rojos”, señalando al periódico.

Ella volteó la página, tomó un poco de su café, y continuó con su lectura.

(Las cosas que uno tiene que escuchar).

15.11.06

A quién le importa la opinión de un ciego

Jorge Luis Borges, muy a pesar de cualquiera de sus postulaciones de supuesta anarquía, fue un disciplinado militante de la literatura. Su taller de creación era tan amplio que incluyó el género entrevista, del periodismo, para transformarlo en territorio de invención literaria. Más allá de los propósitos del entrevistador de turno, Borges impone su visión y su mundo para derrotar al periodismo escrito “para el olvido”.

A quién le importa la opinión de un ciego
Borges como hacedor de entrevistas

Freddy Fernández y Raúl Cazal

9.11.06

El tiempo de los cronopios

En estos días de lluvia, un amigo me confesó con vergüenza que no había leído Rayuela, de Julio Cortázar, y para animarlo le dije que no se preocupara, que si le servía de consuelo, yo también tenía esa cuenta pendiente con el Cronopio mayor y, seguidamente, le argumenté que él tenía una ventaja sobre mí y es que aún está en edad para leerlo.

Siempre me he considerado un cortazariano. Tan sólo bastó que leyera "Casa tomada" para devorar el libro Bestiario y, cada cierto tiempo, estoy releyendo y compartiendo textos de Un tal Lucas o las instrucciones de Historias de cronopios y famas, como si fuera la primera vez. Pero Rayuela aún está pendiente.

Sus posiciones políticas contra las dictaduras militares que ensombrecieron América Latina en la década de los setenta y su apoyo a la Revolución Cubana sin ningún ápice de dudas merecieron mi respeto como intelectual, porque él expresaba (verbalmente) que lo que estaba en juego no era la tiza para marcar la rayuela en la vereda, sino la dignidad humana que luchaba (y lucha) contra las formas de opresión que genera el capitalismo.

Las ironías llenas de ternura y la permanente construcción de mundos en sus textos lo hicieron compañero de celda del comandante Tomás Borge, cuando estuvo preso en la dictadura de Somoza.

«Mientras haya revolución, en la tierra habrá cronopios», había escrito Borge en Queremos tanto a Julio, un libro publicado en la Nicaragua sandinista, y era una manera de decirle: «Gracias». Por sus ficciones, su amistad y su compromiso con las revoluciones.

Julio Cortázar estuvo más de una vez en Venezuela, y en una de esas dictó una conferencia en el Aula Magna de la Universidad Central (UCV). Fue allí donde se dio cuenta, al ver el recinto pleno de jóvenes y con innumerables preguntas después de la charla, que él no había escrito para su generación, sino para las generaciones posteriores. Fue por eso que le dije al amigo que todavía estaba en edad para leer Rayuela. Aunque, pensándolo bien, creo que todos estamos a tiempo... si somos cronopios.

. Raúl Cazal
. Mal hábito
. Caracas, 8 Nov. ABN

6.11.06

La enfermedad de Barrera Tyszka

El Premio de Herralde de Novela ha lanzado un nuevo nombre a los lectores de novelas y esta vez es de un escritor venezolano: Alberto Barrera Tyszka.

Cuando tengamos la novela La enfermedad en nuestras manos, haremos el comentario pertinente. Por lo pronto, nos queda tan sólo decir que el Premio Herralde le abre una puerta extraordinaria a Barrera Tyszka, como en su momento lo hizo para escritores latinoamericanos como Sergio Pitol, Jaime Bayley, Roberto Bolaño, Alan Pauls y Juan Villoro.

No es que quiera comprometer al compa con la alusión anterior, pero está metido en tremendo aprieto...

3.11.06

Algo muy grave va a suceder en este pueblo

Hay un cuento de Gabriel García Márquez que no aparece en el libro Todos los cuentos. Se trata de “Algo muy grave va a suceder en este pueblo” y debe ser porque él lo contó en algún encuentro o congreso literario por los años setenta y al final se quedó en el tintero [ahora se conoce que fue en Ateneo de Caracas, 1970].

Lo cierto es que lo vemos en la red de diferentes formas. La primera vez que lo vi publicado estaba en un sitio de un profesor que utilizaba este cuento para sus clases de literatura hispamericana en una universidad de Inglaterra y ya no lo encuentro. Ahora me entero que en Argentina hicieron un montaje para teatro y sé que un director mexicano o latinoamericano lo llevó a la pantalla grande [Luis Alcoriza fue el director y la película se tituló Presagio, 1974]. De hecho, llegué a tener una copia en betamax que entre tantas mudanzas lo perdí. Pero cada vez que cuento el cuento, lo hago según la versión cinematográfica. Que en esencia es lo mismo, pero no es igual. Si no, pregunten a Frank Baiz Quevedo sobre las versiones fílmicas y cómo se tratan el personaje y el texto en el cine y la literatura.

Los corchetes anteriores se deben a correcciones y notas de 2014. La versión del cuento ahora es la que corresponde a la publicada en el libro Yo no vengo a dar un discurso, de Gabriel García Márquez, 2010.

* * *

Algo muy grave va a suceder en este pueblo
Gabriel García Márquez

Imagínense un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de diecisiete y una hija menor de catorce. Está sirviéndoles el desayuno a sus hijos y se le advierte una expresión muy preocupada. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella responde: “No sé, pero he amanecido con el pensamiento de que algo muy grave va a suceder en este pueblo”.

Ellos se ríen de ella, dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el adversario le dice: “Te apuesto un peso a que no la haces”. Todos se ríen, él se ríe, tira la carambola y no la hace. Paga un peso y le pregunta: “¿Pero qué pasó, si era una carambola tan sencilla?”. Dice: “Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi mamá esta mañana sobre algo grave que va a suceder en este pueblo”. Todos se ríen de él y el que se ha ganado el peso regresa a su casa, donde está su mamá y una prima o una nieta o en fin, cualquier parienta. Feliz con su peso dice: “Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla, porque es un tonto”. “¿Y por qué es un tonto?”. Dice: “Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado por la preocupación de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo”.

Entonces le dice la mamá: “No te burles de los presentimientos de los viejos, porque a veces salen”. La parienta lo oye y va a comprar carne. Ella dice al carnicero: “Véndame una libra de carne” y, en el momento en que está cortando, agrega: “Mejor véndame dos porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado”. El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice: “Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se está preparando, y andan comprando cosas”.

Entonces la vieja responde: “Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras”. Se lleva cuatro libras y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice: “Se han dado cuenta del calor que está haciendo?”. “Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor”. Tanto calor que es un pueblo donde todos los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos. “Sin embargo –dice uno– nunca a esta hora ha hecho tanto calor.” “Sí, pero no tanto calor como ahora”. Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un parajito y se corre la voz: “Hay un pajarito en la plaza”. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.

“Pero, señores, siempre ha habido pajaritos que bajan”. “Sí, pero nunca a esta hora”. Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo. “Yo sí soy muy macho —grita uno— yo me voy”. Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el memento en que dicen: “Si este se atreve a irse, pues nosotros también nos vamos”, y empiezan a desmantelar literalmente al pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo dice: “Que no venga la desgracia a caer sobre todo lo que queda de nuestra casa” y entonces incendia la casa y otros incendian otras casas. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio clamando: “Yo lo dije, que algo muy grave iba a pasar y me dijeron que estaba loca”.

30.10.06

Blogalaxia oculta y miente

He constatado, después de haberme suscrito hace apenas un par de semanas en el directorio de Blogalaxia, que hay un sesgo muy claro en este directorio de blogs o bitácoras en colocar de manera preferencial todos los temas que tienen que ver con Chávez, siempre y cuando se habla en contra de éste.

Es decir, las bitácoras que están contra la Revolución Bolivariana siempre son resaltados en el inicio de Blogalaxia y en las secciones, mientras que los que hablan a favor, no aparecen ni por equivocación.

Es por ello que digo: oculta. Pero sobre todo, minimiza páginas como La casa del Perro y de otra cantidad que están abiertamente a favor del proceso revolucionario que se vive en Venezuela.

Y por último, Blogalaxia miente, porque esto le ocurrió a este blog que, para aparecer en la sección Post Rankin, siguió al pie de la letra con lo que este directorio solicita. Al final de esta sección nos pregunta:

¿Cómo puedo aparecer aquí?
Sólo tienes que poner el código que explicamos aquí

Leí la explicación, hice lo pertinente y es por ello aparezco en el Post Rankin de la sección de literatura, creo. Ver imagen (en la parte izquierda):

Pero resulta que el blog que me acompaña en este Post Rankin no siguió con los pasos, al parecer, porque fui a leer a mi único competidor y mi sorpresa fue que, no solamante hablaba en contra de Chávez y del gobierno, sino que no tenía pegado el código que es requisito necesario para aparecer es esa sección.

Es decir, ¿cómo hace la gente para votar por un post que no tiene el código (o estrellitas) pegado en su blog? ¿Cómo hace para aparecer con cinco (5) votos? ¿De quiénes son esos votos si no se puede votar? ¿De los webmaster de Blogalaxia? ¿O es pura arbitrariedad?

Lo que me hace pensar que para estar en buena posición en Blogalaxia, irremediablemente tengo que escribir en contra de la Revolución Bolivariana, sobre cómo lloré de alegría por el triunfo de la nueva ídolo latinoamericana o por qué estoy molesto por el reportaje que apareció sobre los blogueros venezolanos en Todo en Domingo.

Al paracer, en este directorio todos son iguales, pero definitivamente, unos son más iguales que otros.

27.10.06

El totalitarismo de la democracia

Cada vez que se menciona la palabra “totalitarismo” algunas personas se asustan porque la primera imagen que le viene a la mente es Hitler (nazismo) o Mussolini (fascismo). Que sea, uno o el otro, eso dependerá de la gran cantidad de películas producidas por Hollywood que hayan consumido sobre la Segunda Guerra Mundial. Pero esto no queda allí, inmediatamente la relacionan con Stalin (comunismo) o Mao, Castro e inclusive Chávez. Por tanto, la conclusión, al parecer, se cae por su propio peso: Totalitarismo = Nazismo = Fascismo = Comunismo.

Es difícil hacer comprender a estas personas que la ecuación no es tan sencilla. Que lo que se nos ha instalado en nuestro pensamiento es la negación a pensar, a entender, lo que en realidad es a todas luces “totalitarismo” y que está incubado en lo que se ha denominado “democracia liberal”.
En los paquetes de té verde “Especias celestiales” figura una breve explicación de sus beneficios: “El té verde es una fuente natural de antioxidantes, que neutralizan las dañinas moléculas del cuerpo humano conocidas como radicales libres. Mediante la inhibición de los radicales libres, los antioxidantes ayudan a que el cuerpo mantenga su buena salud natural”. Mutatis mutandi, ¿no es la noción de totalitarismo uno de los principales antioxidantes ideológicos, cuya función ha sido durante toda su trayectoria la de inhibir los radicales libres y ayudar así al cuerpo social a mantener su buena salud política-ideológica?
La cita es tomada del inicio del libro ¿Quién dijo totalitarismo? Cinco intervenciones sobre el (mal) uso de una noción, de Slavoj Zizek, y provoca copiar más de un par de páginas para entender que lo que llaman “totalitarismo” a los sistemas que no son liberales, son unos totalitarios o totalitarias.
A lo largo de toda trayectoria, el “totalitarismo” ha sido una noción ideológica que ha apuntalado la compleja operación de “inhibir los radicales libres”, de garantizar la hegemonía demoliberal; ha permitido descalificar la crítica de izquierda a la democracia liberal como el revés, el “gemelo” de las dictaduras fascistas de derechas. Y es inútil tratar de redimir el “totalitarismo” mediante su división en subcategorías (poniendo el acento en las diferencias entre la modalidad fascista y la comunista). Desde el momento en que uno acepta la noción de “totalitarismo” queda inserto firmemente en el horizonte democrático liberal.
Durante la década de los años veinte del siglo pasado, Mussolini fue el primero que utilizó el término de “Estado total” “como una designación para la Italia fascista. No obstante, la noción de ‘totalitarismo’ fue eleborada por la crítica liberal”, acota el filósofo eslovenio Zizek.
Este libro pretende, pues, mostrar que la noción de totalitarismo, lejos de ser un concepto teórico efectivo, es una especie de subterfugio que, en lugar de permitirnos pensar, y obligarnos a adquirir una nueva visión de la realidad histórica que describe, nos descarga el deber de pensar e, incluso, nos impide activamente que pensemos.
Zizek nos invita a que no nos dejemos chantajear por el advenimiento de un nuevo holocausto a fin de que renunciemos a cualquier compromiso radical porque la defensa de los liberales es mantener el orden existente y cualquier intento de cambiar las cosas, para estos, es peligroso e inaceptable.
La afirmación neoliberal de que cualquier proyecto político emancipatorio desemboca finalmente en alguna de las versiones de la dominación y el control totalitarios. De esta forma, el liberalismo consigue asociar los nuevos fundamentalismos étnicos y (lo que queda de) los proyectos emancipatorios de la izquierda, como si estas dos realidades estuvieran “intimamente relacionadas” y fueran dos caras de la misma moneda, ya que ambas aspiran el “control total”… (esa combinación es la nueva forma de la vieja noción liberal de que el fascismo y el comunismo son dos formas de la misma degeneración “totalitaria” de la democracia).

25.10.06

Si Rulfo hubiera sido venezolano

La segunda edición de El Librero –una revista gratuita que dirige acertadamente Sergio Dahbar– publicó una entrevista al escritor venezolano Eduardo Liendo. Y, lamentablemente, la entrevistadora en vez de aprovechar para conversar sobre literatura o la vida, le pregunta las cosas más hirientes y lacerantes que le pueden hacer a un escritor: distribución, exhibición y venta de sus libros.

De esas respuestas sale una frase para el título de la entrevista: “Si Rulfo hubiera sido venezolano, sus obras serían semi-clandestinas”. Pero inmediatamente después, Liendo afirma que “quizás a Gabriel García Márquez le hubieran dado el Premio Nacional de Literatura en decisión dividida. Porque nosotros, los venezolanos requerimos siempre del juicio de los otros para valorar nuestros propios autores”.

De lo que no se percata Liendo es que Juan Rulfo quizá sea semiclandestino en México, incluso en DF. Recuerdo que Octavio Paz se quejaba de que la primera edición de sus libros era de ocho mil ejemplares. Y, para más señas, los primeros mil ejemplares de la novela Pedro Páramo fue a parar a los depósitos de la editorial Fondo de Cultura Económica porque no se vendieron.

La sorpresa vino después, cuando un catedrático estadounidense escribió un ensayo sobre la novela y fue reseñada en los medios. Es decir, Rulfo salió de la clandestinidad gracias a que alguien, algún foráneo, dijo que su obra era el espejo de una realidad cultural.

Sobre Gabriel García Márquez quizá pueda estar de acuerdo, aunque las distinciones nunca dicen mucho. El Gabo recibió el Premio Nacional de Literatura de Colombia en 1963, es decir, antes de haber sido publicada la novela que lo consagró, Cien años de soledad (1967). Obra que, por cierto, fue rechazada por varios editores, entre ellos, por su amigo Carlos Barral —editor de Seix Barral— que le recomendó que se dedicara a otra cosa. Por suerte el Gabo no se desanimó. La historia posterior es harto conocida y la anterior, también.

A Isabel Allende la editorial Monte Avila le rechazó La casa de los espíritus; a Julio Cortázar un amigo le aconsejó destruir “El perseguidor” y existen más casos, pero menciono estos, nada más, para no aburrirlos con una lista de desaciertos editoriales. En tal caso, si hay una decisión dividida será porque se tiene más de un Gabo para un solo premio y eso, malo no es.

Quizá en Venezuela hay mucho por hacer, por escribir, por discutir. En el campo literario, por conocer, por supuesto. Hasta ahora sólo tengo el conocimiento de un caso virtual que intenta recoger de manera sitemática a los autores venezolanos y que se quedó corto con el nombre: Ficción breve. También existe el portal Sololiteratura, pero está incompleto, ni siquiera aparece indexado José Roberto Duque. Qué pena con ese señor.

Y para terminar, en los anaqueles de las librerías se puede encontrar Quiénes escriben en Venezuela. Diccionario de escritores venezolanos (siglos XVIII a XXI), de Rafael Ángel Rivas y Gladys García, pero también se puede conseguir en digital en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Por cierto, al principio de este intento de artículo presenté a Eduardo Liendo como “escritor venezolano”. Llegará el día en que nos acostumbremos a decir solamente “escritor”, a secas.

21.10.06

Ojo con las fotos

La fotografía nos interroga, “nos lee”, dice Juan José Millás en su libro Todo son preguntas.

En los periódicos, revistas y libros, ese álbum social y colectivo, encontraremos aquellas fotos que seguro no están en el familiar. En este último, generalmente, encontraremos los momentos felices. Mientras que en el social podemos encontrar los momentos trágicos, aquellos que nadie guarda en privado.

En un álbum familiar, por ejemplo, no se encuentra la foto de un velorio, mucho menos la de un entierro. Nadie quiere tener un recuerdo de la muerte. Pero sí del nacimiento de su hijo o del cumpleaños.

Recuerdo las palabras de una amiga que le decía a su esposo fotógrafo que para el momento del parto no se llevara su cámara profesional con película en blanco y negro, asa 400. Le exigió que se llevara una sencilla o desechable, con rollo a color y de asa 100. Ella no tenía nada en contra de sus fotos en blanco y negro, es más, le gustaba en demasía, era una de sus mejores promotoras de su trabajo, pero prefería tener un recuerdo a color de su primer parto. Aunque fuera por cesárea.

Pero de las fotos que habla Millás, es de aquéllas que aparecen en el álbum colectivo. Es así, que presenta 31 fotos en este libro y se interroga con igual número de textos que nos obliga a repensar lo que vemos. Que la foto no es sólo la foto, que ella nos habla sin decir una sola palabra. Es un ejercicio que muchos crearán que es visual, pero que tiene que ver más con el ejercico de la vida y del pesamiento.

20.10.06

Ch de Chávez, de Chomsky o del Che

Desde hace más de dos décadas me hicieron creer que la letra ch había desaparecido del abecedario, pero buscando en www.rae.es me conseguí con esta perla:

ch.



1. f. Dígrafo que, por representar un solo sonido consonántico de articulación africada, palatal y sorda, como en mucho o noche, es considerado desde 1803 cuarta letra del abecedario español. Su nombre es che.

ORTOGR. En la escritura es inseparable.

La Ch existe, entonces. Así no la nombremos en el abecedario. Y eso quiere decir que, lo que es bueno para la Ch, es buena para la Ll (elle).

Por lo tanto, si queremos deletrear Chávez, debemos decir: Che-a-ve-e-zeta. Igual con Chomsky: Che-o-eme-ese-ka-ye. Y con el Che: Che-e.

Esto me recuerda un pasaje de la novela Palinuro de México*, de Fernando del Paso, en donde el personaje se exasperaba porque nadie podía pronunciar su nombre (Palinuro) cada vez que se presentaba. Pali… ¿qué?, le decían. Por lo que optó por deletrear su nombre.

Si mal no recuerdo, decía el personaje: Escriba, señorita: P de Palinuro, A de Alinuro, L de Linuro, I de Inuro, N de Nuro, U de Uro, R de Ro y O de O.

______
* Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 1982.

19.10.06

La novela negra como obsesión

La novela negra ha generado un inusitado interés en escritores venezolanos. Algunos lo venían cultivando desde hace años, mientras que otros, seguramente, lo hacían en secreto.

Traigo a colación este tema porque hoy se presenta el más reciente libro de Ana Teresa Torres, Nocturama, que según reza en la contratapa, “puede leerse como una hermosa y terrible alegoría de estos tiempos, en cualquiera de nuestras grandes capitales, condenadas a su propia destrucción; como una novela negra, en el que el personaje despierta sin saber quién es y qué hace es medio de esa ciudad sin nombre…”.

Debo admitir, antes de continuar, que no he leído profusamente este género literiario que apasiona a tantos lectores y que reúne anualmente a escritores en la Semana Negra de Gijón, España.

Por ello, éste es sólo un recordatorio personal de algunas obras que me quedan por leer y que guardo cierto interés, a saber: Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño y las obras de Raymond Carver.

Hace más de una década leí La pesquisa, de Juan José Saer –obra que me hizo lector de este autor–, y ahora estoy con la primera novela que escribió Paul Auster y que firmó bajo el seudónimo de Paul Benjamin, Jugada de presión.

Esta novela de Auster me recuerda a la película China Town. Al parecer, es un homenaje a los clásicos de la novela negra norteamericana. Es decir, que con leer este libro, uno se ha leído una buena parte de ese género. Eso espero.

Hace unos días el periodista Héctor Bujanda recibió el premio “Adriano González León” por su obra “La última vez” y respondió a periodistas que su novela está inscrita en ese género.

Eloi Yagüe también obtuvo el premio “Salvador Garmendia” por su novela “Cuando amas debes partir”. Este ha obtenido en 1998 el premio “Juan Rulfo” en la mención Semana Negra, otorgado por Radio Francia, por el cuento “La inconvenencia de servir a dos patronos” y que se encuentra en el libro Esvática de sangre.

Alfadil Ediciones, ahora Editorial Alfa, promueve la colección Alfa 7, donde se encuentran obras de los escritores Marcos Tarre Briceño, Aléxis Rosas, José Pulido, Luis Medina, Roberto Echeto, Alberto Arvelo Ramos y Ana Teresa Torres.

No se si esto es un indicio favorable para este género en Venezuela, como tampoco sabría decirles si en nuestro patio se está cultivando la novela negra entre lectores y escritores. Amanecerá… y veremos.

14.10.06

Libro de Blum revela conexiones de la NED con el terrorista Posada Carriles

Conexiones de la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) con el terrorista Luis Posada Carriles revela el ex funcionario de Asuntos Exteriores en el Departamento de Estado de Estados Unidos William Blum en su libro El Estado agresor, de reciente aparición en las librerías de Caracas.

Blum afirma que la NED «entre 1990 y 1992 aportó 250 millones de dólares de los contribuyentes a la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), un grupo ultrafanático de oposición a Fidel Castro».


«La FNCA financió entonces a Luis Posada Carriles, uno de los terroristas más prolíficos y despiadados de los tiempos actuales», denuncia Blum.

Venezuela reclama la extradición de Posada Carriles para seguirle juicio por la voladura de un avión cubano en 1976, suceso que dejó 73 muertos. Actualmente, el terrorista se encuentra detenido en Estados Unidos por ingreso ilegal en su territorio. Las autoridades judiciales de ese país han negado su deportación a Venezuela y alegan el cumplimiento de las normas internacionales contra la tortura.

En un apretado capítulo denominado «El Caballo de Troya: La Fundación Nacional para la Democracia», Blum demuestra que el objetivo de la NED es luchar contra los gobiernos progresitas y de izquierda en el mundo.

Los programas de la fundación imparten «la filosofía fundamental de que los ciudadanos están mejor atendidos bajo un sistema de libre empresa, mínima intervención gubernamental en la economía y oposición a cualquier forma de socialismo», sentencia el autor.

Entre las organizaciones que en Venezuela reciben financiamiento de la NED se encuentran: Súmate, organización política encargada de realizar las primarias para escoger al candidato de la oposición de cara a los comicios presidenciales de diciembre próximo; el Instituto de Prensa y Sociedad (IPS), y la Asociación Civil Liderazgo y Visión, entre otras.

La NED fue creada a principios de los años 80 durante la presidencia de Ronald Reagan, debido a las revelaciones negativas que sobre la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) habían aparecido en la segunda mitad del 70.

Blum afirma que «la CIA ha estado blanqueando dinero a través de la NED» y se fundamenta en las declaraciones del colaborador en el esbozo de la legislación de la fundación, Allen Weinstein, que publicara Washington Post en 1991.

«Gran parte de lo que estamos haciendo actualmente, la CIA ya lo hacía en secreto 25 años atrás», había reconocido Weinstein.

En el libro se revela también el importante papel que jugó la NED en el conflicto Irán y Contras (grupo subversivo armado de los años 80 contra el Gobierno sandinista en Nicaragua) con el financiamiento «de componentes claves de la red del oscuro Proyecto Democracia de Oliver North, que privatizaba la política exterior de Estados Unidos, practicaba la guerra, traficaba con armas y con drogas y estaba envuelta en otras actividades igual de encantadoras».

Raúl Cazal. Agencia Bolivariana de Noticias, ABN. Publicada el 31.05.2006

13.10.06

Bolívar hoy

Se muy bien que el título “Bolívar hoy” no es muy creativo. Es cierto, me copio de un libro de ensayos de Arturo Úslar Pietri que publicó en 1983 con el sello Monte Avila Editores y cito un párrafo sin más preámbulo:
...el fracaso material de su empresa de integración americana resulta hoy, desde la perspectiva secular, su mayor triunfo y su más incomparable título. Lo que pensó y lo que dijo sobre lo que él llamaba “la patria de los americanos” sigue teniendo el vallor planetario de una necesidad histórica. Podría decirse hoy, con más razón que nunca, que la disyuntiva para esta América no es otra cosa que realizar el proyecto bolivariano o resignarse al papel de comparsa en el drama del mundo.
Si no fuera porque la revolución bolivariana ha retomado el discurso de la integración latinoamericana, las palabras de Úslar Pietri sonarían muy históricas, muy catedráticas, pero sobre todo, muy utópicas.

Hoy la integración tiene cara de solidaridad, un concepto que es difícil de entender porque lo normal, lo clásico, es dar y recibir en contante y sonante.

Este libro cayó en mis manos después de haber visto la puesta en escena de la obra teatral Monserrat. Al salir del teatro lo conseguí en un puesto de venta de libros de viejo. Lo adquirí sin muchas expectativas. Especialmente, porque intuía que me iba a encontrar con un pensamiento reaccionario, pero para mi sorpresa, guarda mucha sintonía con el proceso que hoy estamos viviendo en Venezuela.

Me vino a la mente este libro, porque cuando estaba camino al Metro de Colegio de Ingenieros, un barrendero le decía a otro mientras limpiaban la calle: “Nosotros podemos ser un país poderoso, gracias al petróleo, y podríamos dominar a otros.”

Sin lugar a dudas que todavía falta mucho por hacer. Especialmente si se sigue pensando desde el punto de vista de la dominación y no desde la liberación.

Por esto, traigo a colación el último texto de Úslar Pietri en el libro Bolívar hoy (1983). Es un discurso ante el extinto Congreso Nacional y seguro causará muchas ronchas a quienes predican el antibolivarianismo por el simple hecho de estar en contra del presidente Chávez:
Partamos al encuentro de Bolívar para que, puesto a nuestra cabeza, nos guíe y conduzca por entre el laberinto de asechanzas y riesgos que amenazan nuestro porvenir de nación.

Venezuela no puede ser un capítulo transitorio de la leyenda de la riqueza petrolera en el mundo, sino la realización plenaria de la obligación que contrajo irrevocablemnte con el destino el día en que floreció de su gente Simón Bolívar.

Así de grande y de ineludible es el compromiso de honor que adquirimos todos los días de nacer venezolanos.

Altos Magistrados Constitucionales de la República.

Ciudadanos Senadores.

Ciudadanos Diputados.

A las puertas de la Soberanía Nacional está el Libertador. ¡No lo hagamos esperar!

3.10.06

Ni política, ni literatura. ¡¡¡Música!!!

Gracias a La merienda del Negro descubrí a un grupo musical que combina, mezcla y hace de las suyas para que dos corrientes que consideramos opuestos a simple oído suenen como si fueran hechos el uno para el otro. Les hablo de la música clásica* y la salsa y el grupo que hace posible que estos dos ritmos o como quiera que se llamen, es Klazz Brothers & Cuba Percussion. Es decir, la combinación o mezcla de un trío de alemanes y un par de cubanos.


Hace más de tres décadas me había maravillado con Sonido Bestial, de Richie Ray. Una pieza que en plena descarga, cuando está sonando como bestias, el solo de piano se lanza una melodía que siempre creí era de Chopin.

En aquella oportunidad pensé que podía ser un extracto de La Polonesa. Después me enteré que la pieza original siempre fue un extracto –o varios– y que nunca pudo culminarlo su creador. O por lo menos, de esto último estoy enterado.

En la Salsa han confluido más de un ritmo que le suponen opuesto, pero la riqueza de esta expresión musical es justamente esa posibilidad de confluir, mezclar, combinar hasta aquello que pareciera imposible.

Por ello, cuando escucho a estos alemanes y cubanos acompañados de la Müncher Rundfunkorchester y dirigida por Roger Epple, me sorprenden por la manera en que utilizan la estructura de piezas de Bach, Mozart, Beethoven o Litz para desprenderse con las congas y los timbales.

Después de haber escuchado Cinco Salsa, la Quinta Sinfonía de Beethoven ya no va a ser la misma. Al toque de las primeras notas de esta sinfonía, reflectivamente me llevarán a imitar a un congero. Y no me importará si desafino.

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* Seguro que El Perro Duque va a aullar: ¿Que quién me dice a mi que la salsa no es clásica? De todas maneras, Duque, te espero en la bajadita.

24.9.06

Ese bolero…

He abierto un nuevo blog radial donde rescato unos programas que dirigí en la FM de Radio Educativa (hoy AM) para el Día Nacional del Bolero.

Lo titulé Mínima historia del bolero en radio. Y está dividido en mañana, tarde y noche.

En mañana encontrarán una cronología incompleta sobre el bolero, mientras que en la tarde Efraín Valenzuela intituló el programa como “Ese bolero es tuyo”. Para la noche, se cerró el programa con los soneros y el bolero, conducida por el Dr. William Colmenares.

El Día Nacional del Bolero se institucionalizó el 2 de julio de 2003 una vez que Farruco Sesto fue viceministro de Cultura (hoy Ministro de Cultura de la República Bolivariana de Venezuela) del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y lo hizo como homenaje a la desaparación física del bolerista venezolano Felipe Pirela.

Los espero por Mínima historia del bolero en radio y por La vuelta al libro.

20.9.06

No me vengan con presiones

Varios amigos andan presionando para que escriba y actualice este blog. No vayan a creer que son muchos. Nada que ver. Son dos, cuando mucho tres. Su solicitud es que escriba sobre literatura y que deje de lado la política.

Si algo me preocupaba, es que algunos pensaran que hablar tan solo de literatua en estos momentos fuera una forma de escapismo. De alguna manera lo es. Por eso, de vez en cuando echo cable a tierra.

La próxima actualización va a ser sobre las más recientes lecturas: Ampliación del campo de batalla, Lanzarote y Las partículas elemetales de Michel Houellebecq y Brooklyn Follies de Paul Auser, además de retomar algunas que prometí tiempo atrás, pero que quedaron en el tintero.

Todavía sigue rondando en mi mente el libro de Ricardo Pliglia, El último lector, y la novela de Santiago Gamboa, El síndrome de Ulises.

Sobre Gamboa, hace unos meses, un periodista venido a reseñista literario le hizo una crítica gratuita a este autor colombiano que da pena mencionarlo porque, definitivamente, su visión —la del periodista— tiene que ver con su experiencia literaria. Y al parecer es muy corta. No importa cuántos libros hayas leído, sino cuántos hayas vivido o bebido, decía alguien que no recuerdo en estos momentos.

Aunque uno no debe aceptar presiones de terceros, los tomaré en cuenta y la próxima entrega será en breve. Apenas ordene algunas ideas, si es que llego a tenerlas.

15.9.06

La vuelta al libro

Hace unos años tuve un programa en Radio Educativa, cuando era una FM (hoy es AM), donde hablaba sobre libros, literatura, autores y demás hierbas. Se llamaba La vuelta al libro en 60 minutos.

He rescatado algunos programas y los estoy colocando en un sitio que se sincroniza como podscats en el iTunes y pueden pasarlo al iPod.

Aprovecho y les recomiendo, además de La vuelta al libro, que escuchen Viaje a la memoria de José Roberto Duque y La merienda del Negro de José Luis Artigas Rodríguez.

11.8.06

Pensamiento del día anterior

La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno.

6.8.06

Carta a Frank

por Boaventura de Sousa Santos*


Te escribo esta carta con el corazón estrujado. Me alejo del análisis frío y de la razón cínica que domina el comentario político occidental. Eres uno de los intelectuales judeo-israelitas -como te acostumbras clasificar para no olvidar que una quinta parte de los ciudadanos de Israel son árabes- más progresistas que conozco. Acepté gustoso la invitación que me hiciste para participar en el congreso que estás organizando en la Universidad de Tel Aviv. Me conmovió sobre todo el entusiasmo con que acogiste mi sugestión de que realizáramos algunas sesiones del mismo en Ramallah. Hoy escribo para decirte que, en conciencia, no podré participar en el congreso. Defiendo, como sabes, que Israel tiene derecho a existir como país libre y democrático, al igual que defiendo el mismo derecho para el pueblo palestino. "Olvido" con algo de mala conciencia que la Resolución 181 de las Naciones Unidas, de 1947, decidió la partición de Palestina entre un Estado judío (55 por ciento del territorio), un Estado palestino (44 por ciento) y una zona internacional (los lugares santos: Jerusalén y Belén) para que los europeos expiasen el crimen hediondo que habían cometido contra el pueblo judío. "Olvido" también que, después de 1948, la parte del Estado árabe disminuyó cuando 700 mil palestinos fueron expulsados de sus tierras y casas (llevándose consigo las llaves que muchos todavía conservan) y continuó disminuyendo en las décadas siguientes, no representando hoy más que 20 por ciento del territorio.

Al paso de los años he venido acumulando dudas acerca de que Israel acepte, en los hechos, la solución de los dos estados ante la proliferación de colonizadores, la construcción de infraestructura (carreteras, redes de agua y de electricidad), recortes al territorio palestino para servir a la colonización, los check points y, finalmente, la construcción del muro de Ariel Sharon a partir de 2002 (diseñado para robar más territorio a los palestinos, privarlos del acceso al agua y, de hecho, meterlos en un vasto campo de concentración). Las dudas están ahora disipadas después de los más recientes ataques en la faja de Gaza y de la invasión de Líbano. Es ahora cuando todo cobra sentido: la invasión y destrucción de Líbano en 1982 ocurrió en el momento en que Yasser Arafat daba señales de querer iniciar negociaciones, tal como la de ahora ocurre poco después de que Hamas y Fatah hubieran acordado la misma propuesta. Tal como están, fueron fabricados los pretextos para la guerra. Pero además de haber millares de palestinos secuestrados por Israel (incluyendo ministros de un gobierno democráticamente electo), ¿cuántas veces en el pasado se negoció el intercambio de prisioneros?

Mi querido Frank, tu país no quiere la paz, quiere la guerra porque no acepta los dos estados. Quiere la destrucción del pueblo palestino o, lo que es lo mismo, quiere reducirlo a grupos dispersos de siervos políticamente desarticulados, vagando como apátridas desarraigados en cuadrículas de terreno, bien vigilados. Para eso se da el lujo de destruir, por segunda vez, un país entero y cometer impunemente crímenes de guerra contra poblaciones civiles. Después de Líbano, seguirán Siria e Irán. Y después, fatalmente, se volverá el hechizo contra el hechicero y será el turno de tu Israel. Por ahora, tu país es el nuevo Estado paria, eximio en terrorismo de Estado, apoyado por un inmenso lobby comunicacional -que sofocantemente domina los diarios de mi país-, con la bendición de los neoconservadores de Washington y la vergonzosa pasividad de la Unión Europea. Sé que compartes mucho de lo que pienso y espero que comprendas que mi solidaridad para con tu lucha pasa por el boicot a tu país. No es una decisión fácil. Pero créeme que, al pisar la tierra de Israel, sentiría la sangre de los niños de
Gaza y de Líbano (un tercio de las víctimas) embarrando mis pasos y embargándome la voz.


* Doctor en sociología del derecho por la Universidad de Yale y profesor titular de la Universidad de Coimbra.

Traducción: Ruben Montedónico

5.8.06

Pensamiento del día

"El problema de estos días es que la gente estúpida está segura de lo que cree y la gente inteligente está llena de dudas."

24.7.06

Con amor de Israel

Una foto muy cándida, muy inocente, con mucho amor.


Unas niñas israelíes firman un grupo de misiles que luego caerían sobre hospitales y hogares de niños libaneses.

Es quizás una de las fotos más atroces que he visto de esta masacre que está perpetrando el Estado israelí contra los pueblos de Palestina y del Líbano.

17.6.06

¿Populismo de izquierda?

Hay una nueva etiqueta para desprestigiar a los gobiernos de izquierda y es tildarlos de populistas.

En el El Universal apareció un artículo, deben haber más, que iniciaba su tesis con esta etiqueta y escribí una carta al autor. Aquí va la misiva:

Hola,

Me sorprendió tu artículo de este fin de semana porque utilizas la categoría “populismo de izquierda”, espero que en la próxima entrega no te anotes con aquello de “imperialismo venezolano”.

Desde que la Casa Blanca impuso el concepto de “populismo de izquierda”, porque vamos a estar claros, alguien lo impone, toda la oposición habla en esos términos para referirse a un Estado social o socialista que difiere del Estado liberal o capitalista.

Te recomiendo un libro, pequeño y sustancioso, de un francés que no habla de la CIA ni de la NED ("fantasmas de los populistas de izquierda"), pero si de los medios de comunicación: Pensamiento y acción, de Pierre Bourdieu (en Caracas lo puedes conseguir, lo publicó Monte Avila Editores). Allí vas a encontrar las pistas de cómo se impone una categoría a través de los medios de comunicación para desprestigiar a quienes creen que es posible un mundo mejor.

Pero así como te recomiendo un libro de un francés, también te recomiendo un informe del Pentágono. No se si tienes este documento Venezuela’s Hugo Chavez, Bolivarian Socialism, and Asymmetric Warfare, del Dr. Max G. Manwaring. Allí verás lo que piensan en Washington sobre la Revolución Bolivariana y, que coincidencia, también lo piensa la “sociedad civil” u oposición venezolana.

En este sitio www.strategicstudiesinstitute.army.mil/pubs vas a encontrar varios documento del Pentágono sobre Venezuela, como este: The Strategic Implications of the Rise of Populism in Europe and South America.

Buen provecho

R.
El autor me respondió muy amable (no esperaba menos de él) y me invitó a discutir el tema al calor de unos vinos. No reproduzco su carta porque no estoy autorizado, pero esto fue lo que le contesté y agarré unos extractos de él (van en azul).

Como sé que va a ser difícil que nos tomemos un vino, me sorprenden varias cosas de tu respuesta. Trataré de responderte y estas son:

>Te soy sincero, me preocupa del asunto el uso de los fondos estatales
>de manera irracional, con fines políticos-ideológicos.

-¿Irracional? Eso es ponerse en el otro lado de la acera de una. Habría que preguntarse qué es ser racional. Y acaso ¿todos los fines no son políticos ideológicos? A mi me preocupa que la gente piense que los que somos de izquierda somos los únicos que tenemos ideología (y algunos creen que es ideología barata o betusta), y no se ponen a pensar que cuando dicen eso están pensando desde un punto de vista político e ideológico, que se lo inculcaron y fortalecieron en la escuela, el liceo y la universidad, pero quien ejerce mayor fuerza en este inculcamiento son los medios, eso es indudable.

Por ejemplo, no hay más poltíco ideológico decir que las ideas de Marx es una ideología atrasada, vieja, pero nadie recuerda que las ideas de Adan Smith y de David Ricardo son anteriores a Marx, escritas un siglo antes que las de él. Pero qué cosa, el liberalismo no es una idea atrasada. Es tan contemporánea que, al parecer, no hay ninguna duda.

Sobre ejemplos políticos ideológicos podemos hacer una larga lista. Una de las cosas que entendí de las lecturas de Savater es que uno tiene que aprender a ver quién es para ver a los otros. Y de Marx a vernos históricamente.

>Lo que me preocupa es que ese mundo mejor que se promete lo
>buscan por el camino que a mi corto entender, es el equivocado.

-Habría que pensar que entiende uno por mundo mejor. Yo no se a qué te refieres, lo que si puedo decirte es que algunos creen que mundo mejor o vivir mejor significa vivir el modo de vida americano, la comodidad, el individualismo, es decir, que “si uno tiene la dicha de vivir bien, todos lo demás pueden si le echan bolas como yo lo hice”. Y al final, todo depende del azar, de un golpe de suerte. Michael Houellebecq en su novela Ampliación del campo de batalla coloca a unos animales a discutir y llegan a la conclusión de que lo más parecido a la naturaleza es el capitalismo. No creo necesario explicar que allí el más fuerte se come al más débil.

El “mundo mejor” es la antítesis del capitalismo y de la fase superior, que es el imperialismo. Es la paz, la fraternidad, la solidaridad, donde lo más importante no es la transacción de dinero. Es decir, el mundo mejor no es ser ricos todos. Esta es una dicusión más larga y la dejo hasta aquí.

>¡Coño, perdimos el autobús otra vez!
>Y otra vez la culpa será de los gringos, los extranjeros o quien sea el
>chivo expiatorio.

Yo no se si es un sacrilegio pedirte que leas la Segunda Declaración de La Habana. En este discurso el pana Fidel, en 1962, no solo muestra cómo nosotros no tenemos cupo en ese autobús, sino que ahora se ha puesto más difícil. Y no es buscar chivos expiatorios porque ellos están a la vista. A la vista lo han puesto unas décadas después de Fidel el premio nobel Stiglitz, Neri, Blum, y ahora sorprende el libro Confessions of an Economic Hit Man, de John Perkins, en español se tradujo como Confesiones de un gangster económico y te puedes dar un banquete con una entrevista que le hicieron en el programa de Ammy Goodman-democracynow.

Como ves, tenemos varias cosas divergentes que compartir...

En la casa podemos tomarnos unos vinos tranquilamente. Tengo uno argentino que me lo traje en la maleta. Bien valdría la pena que nos lo tomáramos. Como decía el camarada Marx: «del capitalismo, sus mujeres y sus vinos».

Un abrazo

R.

13.5.06

Esto me ocurrió a mí

Me casé cou una viuda que tenía una hija ya crecida. En consecuencia, esta hija pasó a ser mi hijastra.

Ahora bien, mi padre se casó con mi hijastra, con lo cual se conviertió en mi yerno. A su vez, mi hijastra se convirtió en mi madrastra, puesto que era la esposa de mi padre.

Pues bien, mi señora tuvo un hijo que en consecuencia pasó a ser el cuñado de mi padre y además tío mío, ya que era hermano de mi madrsatra.

Pero esto no para aquí.

Mi madrastra tuvo un hijo que fue hermanastro mío porque era hijo de la esposa de mi padre; y que era también nieto mío, puesto que era hijo de mi hijastra.

De acuerdo con esto, mi esposa era al mismo tiempo mi abuela, ya que era la madre de mi madrastra. Y como el esposo de una abuela es también abuelo, resulta que yo soy abuelo de mi mismo.

Pablo

Tomado de Brecha, Montevideo, 6 de octubre de 1989.

20.3.06

Un poeta en la ciudad

Waldo Bastías es un poeta que huele a calle, a ciudad. Es decir, pasa desapercibido.

En 1982 recibió el premio de la Bienal Ramos Sucre (poesía) por su poemario La ciudad de papel.

Desde 1975 se que vive en Caracas. Y por estos años, sigue transitando en la misma ciudad.

Futuro

Mañana vendrá alguien
a golpear esta puerta
A preguntar por el precio de la ropa
Preguntará seguramente
por la victrola
que sólo tocaba canciones de los años veinte

Y yo andaré buscando mi cabeza en lo armarios
Mis manos perdidas en viejísimos abrigos
Registraré desesperadamente los cajones
tras alguna fotografía
que devuelva el recuerdo de mi imagen.

Entonces
Volveré a escuchar los golpes en la puerta
Y abriré

Y me abrazaré a mi mismo
como a un querido amigo que regresa
de un larguísimo viaje
por el mundo.

Waldo Bastías
Poeta chileno

Tomado de su poemario La ciudad de papel, La Espada Rota, Caracas, 1984.

19.3.06

Buscando a Argüelles

Tres poemas había guardado celosamente de Juan Domingo Argüelles: “Ciertas muertes (1)”, “yo no conozco londres” y “Escrito con Cernuda”.

Seguramente estos habrán naufragado en algunos de sus libros de poesía que no tengo el privilegio de poseer: Yo no creo en la muerte (Práctica de Vuelo, 1982), Poemas de invierno (Unam, 1983), Merecimiento del alba (Gobierno de Campeche, 1987), Como el mar que regresa (Universidad Veracruzana, 1990), Canciones de la luz y la tiniebla (Unam, 1991), Cruz y ficciones (La Tinta del Alcatraz, 1982), Agua bajo los puentes (CNCA, 1993), A la salud de los enfermos (Joaquín Mortiz-INBA, 1995), Animales sin fábula (Unam, 1996), Piedra maestra (Arlequín, 1996) y La última balada de François Villon (Unam, 1998).

En la red he encontrado otros textos de este poeta mexicano y una entrevista que le realizara Guadalupe Rivera Loy: “La poesía que no contiene emoción está destinada al olvido”.

Si algo me acerca a la poesía es el guiño de ojo, la ironía, la manera de palparle las nalgas a la vida, pero como dije que la poesía hablaba por sí sola, aquí van tres de Juan Domingo Argüelles.

Ciertas muertes

1
en la esquina que forman
las calles de chopo y sor juana,
cerca de insurgentes,
en la colonia santa maría la ribera
(donde viví dos vidas
y de esto ya hace tiempo),
exactamente en el café de chinos,
donde dejé empeñado mi reloj un día,
vivía una muchacha
de la que no recuerdo
sino algún trozo de cabello,
un pedacito de sonrisa
y alguna brevedad que ahora extravío;
esa muchacha que ya no sé
por qué me vino al poema
ha muerto, no se bien, o quizá sea un sueño;
esa muchacha de la que no recuerdo
sino fragmento de menuda tristeza
llegaba a veces a reír en el alma;
ahora que supe o sospeché
que esa muchacha murió hace una semana
me ha invadido la vida más allá de la pena
y no se por qué coños siento que está gritándome
que me salga a mojar bajo la lluvia.

Juan Domingo Argüelles
Poeta mexicano

Tomado de la revista Koeyu Latinoamericano No. 30, Marzo-Abril, 1983. Caracas.

yo no conozco londres

yo no conozco londres.
mis abuelos solían conversar de sus nostalgias
y a veces hablaban de venecia y de millán
(lugares que, entre paréntesis, nunca conocieron)
sitieos que soñaron conocer algún día
algún tiempo anhelado de su más hondo anhelo
que no llegó jamás
y así murieron
soñando a oscuras rumiando un deseo
en una habitación inexistente ahora
de la que no recuerdo sino humedad y olor a libros viejos.
yo no conozco londres
mas pienso que algún día conoceré matanzas
manzanillo o pinos
o simplemente juchitán
(lugares de nostalgia que, entre paréntesis, no olvido).

Juan Domingo Argüelles
Poeta mexicano

Tomado de la revista Koeyu Latinoamericano No. 30, Marzo-Abril, 1983. Caracas.

Escrito con Cernuda

Desde que tengo el mar ya no pienso en el cielo.
El mar es infinitamente más perdurable; en todo caso
El mar es más certero y en él los ángeles se ahogan
Con el obvio prejuicio para la castidad. El cielo,
En cambio, ya no tiene misterio; su perfección
Lo ha hecho sólo habitable para los santos
O los imbéciles; sobre todo hoy sabemos
Que no existen los cantos celestiales: el apolo 14
No los oyó. Desde que tengo el mar solo pienso en el mar.
El mar es un olvido, una canción, un labio;
El mar es un amante, fiel respuesta al deseo.
Es como un ruiseñor, y sus aguas son plumas.
Impulsos que levantan a las frías estrellas…


Juan Domingo Argüelles
Poeta mexicano

Tomado de la revista Plural No. 151, Abril, 1984. México, DF.

28.2.06

Cuidado con la poesía

A partir de deste post voy colocar algunos poemas que guardé en unas carpetas. Poemas de unos poetas que siempre intenté imitar y que nunca logré nada bueno.

Los voy a publicar sin comentarios porque considero que hablan por sí solos.

Acerca de un poema que lo hizo inmortal

I only wrote it for you and me
Billy Preston


En el sencillo homenaje de la vida
él escribió un breve poema dedicado a tus ojos.
Ninguno de sus versos sobresaltaba por lo audaz;
no tenía giros deslumbrantes,
ni ideas originales,
ni artificiosos encabalgamientos.
Era, más bien, un poema levemente chapado a la antigua,
compuesto sólo para que tu lo leyeras,
con esos benditos ojos oscuros que provocan
estremecimientos,
y sobre los cuales, justamente, él hablaba en sus versos.

Pero un amigo le aseguró que había pasado por alto
la intensidad y la altura;
que no había tenido en cuenta
la función denotativa de las metáforas,
y, sitando a Píndaro, le hizo valiosas sugerencias
para mejorar el final.
Otro descubrió confusión y redundancia
y hasta insinuó (con tacto, es cierto)
que el isomorfismo de algunos pasajes
era francamente de mal gusto,
y citando a Petrarca, le hizo modificar varias estrofas.
Otro más, blandiendo a Poe, se refirió al notorio desbalance entre forma y contenido,
y le hizo transferir el género a la especie (y viceversa).
No faltó quien le recordara
las opiniones de Platón sobre los poetas,
ni tampoco quien le exigiera, citando a Péret,
imágenes de un cierto sabor entre dadaísta y automático,
pero con un toque sutil de angustia pascaliana
ante la infinidad helada y silenciosa del Universo.
Y él cortó, cambió, agregó, modificó, suprimió, depuró, rimó, midió,
persiguiendo quedar bien con aquellos amigos
y con las ilustres autoridades que habían esgrimido,
pero también
con los que habían hecho mención
de Pound,
Pope,
Prudencio,
Proust
y el abate Prévost.
(Él no tuvo en cuenta, es justo reconocerlo, a quienes habían citado a Pemán, Pereda y Pérez de Ayala. Los dioses los perdonen).

Por fin, la historia conocida:
El poema apareció en revistas y florilegios,
en periódicos y antologías.
Fue traducido a todos los idiomas
y por él recibió medallas, abrazos, distinciones.
Fueron pasando los años
y cultos profesores alemanes le dedicaron voluminosos estudios al poeta.
Finalmente, alguien murmuró, en tono circunspecto,
que ya era hora de que
se le otorgara ese premio sueco.
¡Y fue complacido!

Sí, parece que, después de todo,
resultó ser un gran poema.
Pero me contsa que no eran ya más
los claros y sencillos versos dedicados a tus ojos,
escritos en el lenguaje de la vida
para que sólo tus bellos y oscuros ojos lo leyeran.
No era su poema.

Luis Rogelio Noguera
(1945-1985)
Poeta cubano

Tomado de la revista Casa de las Américas. No. 124. Enero-Febrero 1981. La Habana, Cuba.

25.2.06

La búsqeda

Desde que existe internet y los motores de búsqueda como Yahoo y Google, uno nunca pierde el tiempo buscándose en la red. Siempre consigues algo nuevo o dasaparece algo que habías encontrado con anterioridad en búsquedas posteriores.

Si quieres conocer a alguien, quizá el primer lugar para conseguir alguna información es en internet. De vez en cuando me busco, no tan seguido. Todo depende del tamaño del ego que se tenga en ese momento.

El caso es coloqué en Google mi nombre y apellido y aparecen unas cuantas páginas donde aparece éste. Para mi sorpresa, conseguí que estaban subastando o vendiendo en Ebay mi libro Todo tiene su final. Este libro de relatos está agotado, pero dentro de poco aparecerá nuevamente una segunda edición "corregida, modificada y disminuida".

También me topé con un ensayo sobre la Narrativa paraguaya después de la dictadura. Este ensayo me llamó la atención porque hace una breve descirpción de la literatura paraguaya y se arriesga a decir cosas como estas:
Pero lo que caracteriza a la generación más joven es el cambio temático y la exploración del paisaje urbano, la modernidad y el género fantástico. En estos senderos sobresalen Raúl Cazal (Asunción, 1964) con El bolero de baila pegadito y Todo tiene su final; Michael Brunotte (Asunción, 1963) con Una herencia peligrosa; Andrés Colmán (Yhú, 1961) con El último vuelo del pájaro campana; y la literatura fantástica de Francesco Gallarini (Asunción, 1978) con Aventuras intergalácticas y La Clase.

Agradezco la mención que me hace Alexander Prieto Osorno, el autor del ensayo, pero confieso que yo no he escrito nada que se acerque a literatura paraguaya. El hecho de nacer en Paraguay nos hace intuir que cuando escribimos lo hacemos desde esas raíces. Quizá Todo tiene su final tiene esa mirada del extranjero sobre una realidad que pareciera serle ajena, como una vez me lo hizo saber Freddy Fernández.

Lo único que puedo afirmar es que cuando escribía Todo tiene su final tenía la necesidad de que el lector escuchara una voz, la del narrador que contaba historias tan inverosímiles que se parecían a la vida cotidiana en los barrios, el 23 de Enero, en Los Flores de Catia. No se si lo logré. Habría que preguntarle a los lectores.

24.2.06

Fragui y sus cosas

El poeta Gonzalo Fragui nunca me entregó la lista que le había pedido hace dos años, pero tuvo la osadía de publicarlo en la revista digital Tinta china. He aquí sus libros.

LIBROS SIN CONCESIONES

En estos días Raúl Cazal, de la Editorial Comala, me ha pedido que le haga una lista de diez títulos que yo recomiende. Me ha dicho tajantemente: “hazme una lista, pero eso sí, sin concesiones”.

Los siguientes títulos cumplen claramente con esa condición, porque se los hemos querido conceder a mucha gente pero nadie los ha aceptado.

1.- El manual del levante. Pedro Chacín.
2.- Sarita, Sarita, tú eres bien bonita. Miguel James
3.- El bolero se baila pegaíto. Raúl Cazal
4.- La casa del hechicero. Freddy Fernández
5.- El manual del despecho. Gonzalo Fragui
6.- Zoonetos. Adelis León Guevara.
7.- Acantilado. Ryukichi Terao
8.- Crónicas de Acirema. Antonio Mora
9.- No hay mar que por bien no venga. José Lira Sosa
10. Peticiones osadas. Julio Jiménez.

No nos queda la menor duda de que ha nombrado tan sólo a ocho libros merecedores de estar en una lista.

9.2.06

10 libros fundamentales para un amigo, una amiga y yo

Para finales de 2004 publiqué una agenda que contenía una lista de 10 libros fundamentales (sin concesiones). Publicaré la de un amigo (Freddy Fernández), una amiga (Rossana Roncaglia) y la mía.

Puede que coloque la de otros, pero por ahora van la de estos.

10 libros fundamentales según Freddy Fernández

1. La máscara, la transparencia, de Guillermo Sucre.
Una forma de acceder acompañado al poema para descifrar con otra óptica todo el paisaje.

2. Masa y poder, de Elías Canetti.
La simbología del poder y de la lucha explorada desde múltiples perspectivas.

3. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
Cien años certeros de ilusión a quemarropa.

4. Don Quijote, de Miguel de Cervantes
Sobre esta piedra funda su iglesia toda la narrativa de la lengua castellana.

5. Nueva antología personal, de Jorge Luis Borges.
La puerta más luminosa para ingresar a perderse en el laberinto. Donde siempre debemos regresar.

6. La odisea, de Homero.
Desde aquí salieron las voces cuyos ecos nos alcanzan sin haber perdido ni un decibel de fuerza.

7. La divina comedia, de Dante Alighieri.
Todos fuimos ya descritos en esta obra. Allí estamos, en el infierno, purgando nuestro pecado.

8. Rayuela, de Julio Cortázar.
No importa cuál sea el método de lectura. Todos cabemos y, también, caemos en el juego.

9. La vida exagerada de Martín Romaña, de Alfredo Bryce Echenique.
Una visión lúcida, irónica, corrosiva y trágica de la conciencia latinoamericana.

10. Seis propuestas para el próximo milenio, de Italo Calvino.
Una defensa apasionada y brillante de la literatura. Un viaje hermoso a los territorios del lenguaje.

La cifra de 10 es muy corta. Para mi felicidad podría ampliar varias veces este número. Algunas ausencias son demasiado dolorosas como para obviarlas: Kafka, Cioran, Kavaffi, Sabines, Auster, Faulkner, Lagervist, Onetti, Pessoa, Rimbaud, Rilke, Li Po, Paz, Rulfo, Sabato, Lezama Lima, Carpentier, Cadenas y Juarroz. Todos podrían estar entre los 10 que, además, no están colocados en un orden preciso.

* * *
Freddy Fernández. Licenciado en comunicación social en la UCV. Ha publicado los libros de poesía Noticias de estación (1991), Fantasmas para una ciudad sin estaciones (1992) y La casa del hechicero (Premio Mucuglifo de Poesía «Carlos Rodríguez Ferrara», 1993).

10 libros fundamentales según Rossana Roncaglia

He decidido ordenar los libros en relación al momento de mi vida, así que los he agrupado en cuatro grandes bloques. Perdonen la cursilería, pero ya se sabe que «uno es solo lo que es y anda siempre con lo puesto».

Libros para empezar a leer y no olvidar el resto de la vida

1. Los hijos del capitán Grant, de Julio Verne.
Quizás ningún autor ha marcado más mi deseo por viajar y conocer nuevos mundos que los libros de Julio Verne. Para mí, y a pesar de internet y la globalización, es el mejor regalo que existe para cualquier niño de más de siete años. Creo haberlo leído unas tres veces y estarle eternamente agradecida a mi madre por habérmelo regalado.

2. El principito, de Antoine de Saint Exúpery.
Junto al chocolate es el mejor antidepresivo que conozco. Creo haberlo leído un montón de veces y siempre descubro algo nuevo. Al final «uno es siempre responsable de los animales que domestica».

Esa difícil transición llamada adolescencia

3. El lobo estepario, de Herman Hesse.
Quien no haya leído a Herman Hesse antes de los 20 años está a salvo, nunca será un «obstinado». Para aquellos que lo descubrimos, la obstinación es un modo de vida.

4. El túnel, de Ernesto Sabato.
Otro de esos libros con los que uno se encuentra en esa época de la vida en la que uno cree que todo puede ser cambiado y las preguntas, como siempre, son más que las respuestas. He pensado mucho sobre si en esta breve selección debe estar El túnel, Sobre héroes y tumbas u Hombres y engranajes. La verdad, creo que debieron estar los tres, pero eso habría sido una gran parcialidad por Sabato. Así que creo que basta incluir El túnel porque los demás vendrán de la mano con él.

Esa fuerza que da tener el corazón a la izquierda

5. Pasado y presente, de Antonio Gramsci.
Este libro no pertenece al ámbito de la literatura, sino al de las ciencias políticas, sin embargo, para mí es uno de los textos políticos mejor escritos y al mismo tiempo más ambiguos que existen. Ese libro, junto a los Escritos de la cárcel, constituye una joya del marxismo que, quizás, los conservadores han entendido mejor que los propios marxistas. Una lectura obligada para todo aquel que viviendo en el Tercer Mundo se crea de izquierda.

6. El banquero anarquista, de Fernando Pessoa.
Si con Gramsci uno se enamora del marxismo, con Pessoa, además de agudizar mis contradicciones burguesas, no he hecho más que profundizar mis inconsistencias. Es la mejor parodia que conozco sobre la izquierda y el pensamiento anarquista, pero, sobre todo, es una joya de los llamados cuentos de raciocinio de Pessoa.

7. La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera.
Pocas novelas lo confrontan a uno con tantas cosas tan profundas y de una forma tan intimista como esta novela de Kundera, la primavera de Praga, el amor y el desencuentro, la esencia de la vida. Con esta novela y las siguientes, descubrí a Kundera como uno de los pilares de mis lecturas. Sus libros pueden ser leídos mil veces.

8. El amante, de Marguerite Duras.
Por alguna razón uno cree que los franceses tienen un sentido del amor y la pasión distinto al del resto de occidente. Quizás por ello me han seducido tanto las novelas de amor y desamor francesas. Este libro y los relacionados son una hermosa y sensual historia de pasión, más allá del deber ser.

9. Fanfan, de Alexander Jardín.
Esta opera prima me hizo recorrer todas las librerías de España buscando los siguientes libros de Alexander Jardín, los cuales, por supuesto, no fueron tan buenos. Fanfan es una verdadera joya desconocida sobre la imposibilidad de iniciar una relación, o mejor dicho, sobre el temor a comprometer y el eterno deseo de prolongar infinitamente el tiempo de la seducción.

Las maravillas de la adultez

10. Cuentos romanos, de Alberto Moravia.
El cuento es uno de los géneros más difíciles de escribir y uno de los más fascinantes de leer. Este libro de Moravia lo acerca a uno a la Roma de postguerra y a mí me acercó al pasado de mi madre y sobre todo a esas miserias y virtudes que afloran en las crisis y en especial en la Italia de postguerra. Creo que una vez al año vuelvo a releer alguno de sus cuentos, sólo para descubrir que «no existen valientes ni cobardes, sino conscientes e incoscientes y que yo era el único consciente en un mundo de incoscientes».

Creo que esta lista le debe una disculpa a Cortázar, cuya narrativa breve es demasiado buena para ser dejada de lado y a una larga lista de poetas que he debido dejar para una selección más larga.


* * *
Rossana Roncaglia. Licenciada en estudios internacionales en la UCV y fanática de la escudería Ferrari.

10 libros fundamentales según Raúl Cazal

1. Los siete locos, de Roberto Arlt.
Al igual que la novela El juguete rabioso y los cuentos de El jorobadito, el lector disfrutará de las miserias humanas, como si se leyera a un Dostoievski argentino.

2. Jonás y la ballena rosada, de José Wolfango Montes.
Quien lea por primera vez este libro estará tentado a leerlo varias veces, y a mayor cantidad de lecturas, mayor será el nivel de cinismo que le proporcionará para defenderse de la cotidianidad.

3. Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi.
Porque mis viejos me enseñaron a vivir con dignidad.

4. A sus plantas rendido un león, de Osvaldo Soriano.
Definitivamente, es un libro que se añora.

5. Poesía vertical, de Roberto Juarroz.
Tomo prestadas las palabras de Guillermo Sucre: «Es una obra que parece no serlo».

6. Maluco, de Napoleón Baccino Ponce de León.
Siempre nos quejaremos de que le robaron el Premio Rómulo Gallegos 1991 al otorgárselo a Uslar Pietri por su novela La visita en el tiempo.

7. La música del azar, de Paul Auster.
Una vez que se empieza, no hay manera de dejarlo hasta llegar a la última página. Y cuando se llega a ella, uno no entiende por qué ha finalizado si estaba empezando otra buena historia.

8. Los demasiados libros, de Gabriel Zaid.
Iba a colocar en este renglón La seducción de la palabra de Alex Grijelmo, pero me decidí por el de Zaid porque cada vez que lo releo me confirma que, sobre los libros, tenemos muchos mitos.

9. Trópico de cáncer, de Henry Miller.
Una novela que sobrevivió a la lectura a pesar de la pésima traducción de Bruguera. Estaba traducida al españolete.

10. La oveja negra y otras fábulas, de Augusto Monterroso.
En este décimo pudo estar La vida exagerada de Martín Romaña, de Alfredo Bryce Echenique, o Días y noches de amor y de guerra, de Eduardo Galeano.

En una lista restringida siempre quedan muchos escritores por fuera, en apariencia.

8.2.06

Algunas deudas

En estos días encontré una hoja que tenía guardada desde hace más de 20 años. En ella había transcrito una lista de 21 autores que debía leer. Me la habían proporcionado unos amigos egresados de la escuela de Letras para que estuviera enterado de lo que se había escrito antes de Cortázar, García Márquez y Borges. Los clásicos, pues.

He aquí las obras y los autores:

1. El Quijote. Cervantes
2. La divina comedia. Dante
3. Otello / Hamlet / La tempestad. Shakespeare
4. Fausto. Goethe
5. Los miserables. Victor Hugo
6. El jugador / Crimen y castigo. Dostoyevski
7. Madame Bovary / La educación sentimental. Flaubert
8. La comedia humana (Papá Guriot). Balzac
9. Nana. Zolá
10. La guerra y la paz. Tolstoi
11. (Narraciones). Chejov.
12. En busca del tiempo perdido. Proust
13. La metamorfosis / El proceso. Kafka (El castillo)
14. Retrato de un artista adolescente / Ulises. Joyce
15. Orlando / Las olas / Al faro. Wolfe
16. El sonido y la furia / Mientras agonizo / Sartoris. Faulkner
17. El viejo y el mar / ¿Por quién doblan las campanas? / (cuentos). Hemingway
18. La montaña mágica / Las cabezas tocadas. Mann
19. Trópico de cáncer / Trópico de capricornio. Miller
20. Nadja. Breton
21. La náusea. Sartre

Les confieso que nunca cumplí con la tarea a cabalidad puesto que de estos autores sólo he leído a unos cuantos de ellos: Kafka, Miller, Sartre, Wolfe. A Hemingway no recuerdo si leí El viejo y el mar o si ví la película en la tv. El Quijote siempre lo empiezo y no paso de las primeras páginas, que me parecen geniales, pero después me empieza a dar sueño y lo dejo hasta ahí. Shakespeare era obligatorio en el liceo, así que esa si estaba cumplida antes de hacer la lista aunque me recomendaron releerlo.

Hay libros que en la medida que pasaba el tiempo nos lo contaban otros libros u otras personas y con la literatura me sucede igual que con las películas, cuando se de qué trata le pierdo interés.

Siempre pensé que en esta lista estaba, no se por qué, Rojo y negro, de Sthendal. Pero ahora que la leo y la vuelvo a transcribir me percato que nunca estuvo como tarea y me han entrado unas ganas de leerlo. Aunque ya he apartado algunos libros, entre ellos Papá Goriot y El jugador. También insistiré con El Quijote.

2.1.06

Comienzo y final de “El Club del Libro”

Mis lecturas se parecen mucho a una carrera de obstáculos, es decir, leo varios libros en un mismo tiempo y en un mismo espacio. Generalmente leo en ese lugar sagrado que comúnmente llamamos baño. Allí empieza la lectura, sentado en la poceta a tempranas horas de la mañana.

La escogencia de la lectura nada tiene que ver con la novedad. Es muy raro que esté leyendo algo de publicación muy reciente. Muchas veces los libros nuevos, lo que la industria editorial llama “novedad”, no los leo inmediatamente. Hay libros que compro recién salidos de la imprenta y los leo meses después, inclusive años. Por ejemplo, La vida exagerada de Martín Romaña de Alfredo Bryce Echenique lo leí tres o cinco años después que lo compré. Fue algo así como una inversión porque el precio de venta cuando lo adquirí era de 76 bolívares y cuando lo leí costaba alrededor de 800 bolívares y cuidado si no más. Estamos hablando de los años ochenta del siglo XX y era en la época en que iniciaba estudios en la Escuela de Economía de la UCV.

Pero también suele suceder que cuando uno está atrapado con varios libros debe iniciar otro viaje, el de desplazarse a otro lugar que no necesariamente es tan sagrado. A todo escritor que se respete como tal una vez al año algún periodista de una revista o de un periódico le pregunta qué libro se llevaría de viaje. A esa pregunta me he estado preparando durante años para dar una respuesta consistente con mi plan trazado de lectura porque todo escritor que se respete, insisto, escarbará en la memoria y seguro sentenciará la lectura de autores que uno no debe dejar de leer: Borges es un autor que nunca faltará en esa lista pero nunca te dicen cuál libro, sino Borges, así, a secas. Muy borgiano, pues.

En mi caso está claro que nadie me respeta y por tal motivo nadie me ha preguntado sobre ninguna lista de autores, si soy náufrago en una isla qué libro me gustaría que también sobreviviera o cuál no regalaría ni en pintura. Pero si me voy de viaje ya tengo la respuesta: los libros que no he podido culminar en el baño.

Fue así como esta vez pasaron al maletín de viaje la novela policial No consta en archivos de Mauricio-José Schwarz; un libro de lecturas o de ensayos que se lee como una novela o por lo menos esa fue mi lectura de El último lector de Ricardo Piglia; dos libros de ensayo, uno sociológico, Pensamiento y acción de Pierre Bourdieu, y otro no tan sociológico que digamos aunque nada pareciera estar exento cuando hablamos sobre la comunicación pero no pueda dar más señas porque todavía no he pasado de la contratapa, La palabra amenazada de Ivonne Bordelois; una novelita ganadora del premio Uneac 1999 de Cuba, La mujer de Maupassant de Juan Ramón de la Portilla; y la última novela de Santiago Gamboa, El síndrome de Ulises. En mi destino me conseguiría con el Premio de Periodismo Planeta 2005 de Colombia, Que la muerte espere de Germán Castro Caycedo.

Los que entraron al maletín de viaje sin haber pasado previamente del lugar sagrado tuvieron que esperar que culminara con los libros de Piglia, Schwarz y Bourdieu. Aunque al de Castro Caycedo apenas lo tuve en mis manos, le dí unos mordiscos a las primeras veinticinco páginas y me dejó picado de culebra. Pero primero terminé con No consta en archivos, una novela que avanza lentamente para terminar abruptamente. Esa puede ser una crítica, quizá. Pero no. Porque no avanza lentamente, sino que tiene un ritmo que está marcado por las historias de los personajes. Uno, periodista o candidato a escritor que es quien narra y descubre un insólito crimen que nadie está interesado en investigar: el robo de libros en librerías a la que denominó “El Club del Libro”; y otra, prostituta, que busca vengarse del asesinato de su novio. La historias se leen en paralelos hasta que confluyen, nada nuevo en novelas negras, eso lo sabemos, lo importante es cómo se narra, cómo es la historia. Sobre este tema ya nos había dado lecciones Gabriel García Márquez con Crónica de una muerte anunciada o por lo menos fue cuando aprendí que todos los temas se repiten, lo importante es cómo se cuenta.

A Schwartz le interesa “El Club del Libro” porque es un tema poco inusual. A nadie le importa el robo de libros, menos a la policía. Y si a la policía no le interesa, tampoco le interesa al periodismo, es decir, nunca saldría reseñado en los periódicos ni en los noticieros. Pero hay pocas razones para que un grupo de delincuentes se dedique a robar libros, poner su vida en riesgo, donar los libros a bibliotecas o vender a librerías de viejo y regalar el beneficio al periodista que investiga, como si fuera un soborno. Pero a Schwartz, en la medida que avanza la historia se siente seducido por la venganza de la prostituta donde termina involucrado el periosdita y “El Club del Libro” pasa a un segundo plano.

Una vez lograda la venganza, “El Club del Libro” ya había perdido todo sentido, se resuelve en unas pocas páginas torpes, que no convence al lector y finaliza con una historia que no tiene que ver con nada ni con la atmósfera de los personajes o quizás sí, al releer la oración inicial, la que te despierta, “Si alguien se aburre en la redacción de un periódico, con seguridad ha perdido todo interés por la vida y quizá sea conveniente que se apresure a poner en orden sus asuntos, escriba una nota exculpatoria y se suicide de forma limpia y silenciosa”.

Esta situación me hizo pensar que no sólo podemos ser atrapados por los comienzos de los libros. Que los finales también cuentan sobremanera. Lo digo porque uno siempre recuerda la de Cien años de soledad, “Muchos años después, junto al pelotón de fusilamiento, recordó el día en que lo llevaron a conocer el hielo…”, la frase no es textual, sino que es como quedó grabada en mi memoria que son las mayorías de las citas, como la de El tunel que se que no empieza así, “Mi nombre es Juan Pablo Castell…”, pero es algo parecido y realmente no importa porque esos comienzos hicieron que me hundiera en el sillón y no detuviera la lectura hasta el final. Pero de los finales y de los principios hablaremos más tarde. Sólo les adelanto que Santiago Gamboa en su novela El síndrome de Ulises comienza con esta granada, “Por esa época la vida no me ronreía”.