9.12.12

Los dinosaurios llamamos la atención en ocasiones


Su voz es inconfundible en la radio; está asociada a la música rock y es la imagen sonora de cadenas televisivas hispanas. Fue una suerte de aprendiz de Juan Pablo Pérez Alfonso. Confiesa que Federico Nietzsche es uno de sus filósofos preferidos y que escribe para que la gente se ría

por Raúl Cazal. Fotos: Avelino Rodrigues



Es un poco más de las 11 de la mañana. Iván Loscher termina sus casi dos horas de locución acompañado de Polo Troconis, en un programa radial que transmite entre semana Éxitos FM. Al bajar por las escaleras del área donde se encuentran los estudios, después del saludo, dice que ya regresa. Va a encender un cigarro a las afueras de las instalaciones. La recepcionista amplía con una sonrisa y sin reproches: “No puede evitarlo. Lo hace todos los días hasta dos veces. Baja los dos pisos y los vuelve a subir como si nada”.

6.12.12

Identificación, memoria y el espejo hacia adentro en Todo tiene su final


II Congreso Crítico de Narrativa Venezolana

Ponencia

IDENTIFICACIÓN, MEMORIA Y EL ESPEJO HACIA ADENTRO 
EN TODO TIENE SU FINAL, DE RAÚL CAZAL

Profesor Héctor León García

Porlamar, 2012
                                                                              
 

Belkis, Rogelio y Derlis recorren los bloques, las casas y el espacio de la cañada del 23 de enero, uno de los barrios más emblemáticos y populares de Caracas, en un eterno des(encuentro) con la vida y con la muerte todos los días. Nada extraña, todo pasa o puede pasar. Es el sitio ideal de los azares, es la forma habitual del quehacer diario, es el nudo de la mañana, de la tarde y de siempre, en fin, es el barrio caraqueño, ¡Ah! Y es la salsa, la de Fania  –¿hay otra?–, la de los setenta, la dura, la brava, que hace la vida, es el gran Maelo, el Lavoe, el sonido bestial del Richie Ray, y la rumba que engalana las casas, los bloques, los ranchos. Como el título del libro a ser comentado, todo tiene su final, porque el día es el final, o la noche, y “nada dura para siempre”.
    
El texto de Raúl Cazal (1992) explora el barrio, su lenguaje, la periferia pues, y asume su existencia que hace propia, su integración y por supuesto la memoria del otro, que soy yo y eres tu y nosotros, protagonistas de la rumba eterna y peligrosa de las barriadas caraqueñas y su ley.

30.9.12

Escenarios de una elección anunciada

A principios de la semana que pasó iba a entrevistar a un supuesto especialista en elecciones que acaba de publicar un libro para “explicar” por qué vota la gente. Él doctor en ciencias políticas no acudió a la entrevista. Adujo enfermedad repentina y me quedé con las preguntas después de haber leído su libro.

Este fin de semana unos articulistas de opinión publicaron sus análisis en Últimas Noticias y El Nacional (supongo que otros también lo harían en otros medios de comunicación privados) que mantienen la misma tesis del autor antes “no mencionado” e idéntica metodología: utilizar porcentajes para decir que Chávez ha bajado en la preferencia del electorado.


10.9.12

El petróleo también impregnó la literatura




Aunque el escritor Gustavo Luis Carrera dedicó un libro a demostrar que "no existe" una novela petrolera, especialistas sostienen que buena parte de la narrativa contemporánea expresa el impacto del oro negro en nuestra sociedad

por Raúl Cazal



En el siglo XX, intelectuales y ensayistas venezolanos afirmaban con cierta vehemencia que no existía una literatura del petróleo en Venezuela, en la medida en que hubo, por ejemplo, una novela de las dictaduras gomecista o perezjimenista.

6.9.12

Todo tiene su final

por Manuel Parra Aguilar


Narrados mediante un tono confesional unas veces, y otras, a través de uno semejante al de una entrevista, los cuentos que integran Todo tiene su final pueden leerse como una interesante apuesta de Raúl Cazal (nacido en Paraguay en 1964, pero radicado en Venezuela desde 1975) por aludir al círculo finito desde el propio título del libro.

Lo anterior puede verse como un acierto, y la apuesta de Raúl Cazal lo confirma: crearse una cosmogonía completa en la lectura total del libro, aún cuando un cuento sea independiente del otro.

El retomar personajes para luego desarrollar sus historias le permite a Cazal crear un espacio en el que el mito y el apego a una veracidad narrativa conviven en el plano ficticio, ofreciendo así una conclusión, un final, para demostrar –según el argumento del autor– que efectivamente, todo tiene su final: “De tantas muertes que tuviste, ya nadie sabe a ciencia cierta si alguna vez exististe o si eran mentira tus muertes […] Pero está escrito, Derlis, que por más muerto que estés, debo matarte”, señala el narrador de “Derlis tiene su final”.

Los once cuentos del libro son atravesados en su eje por tres personajes míticos que dejan ver la pasividad en la cual se encuentra el desenfado (“Sonido bestial”, por ejemplo), la pasión, la violencia: Belkis, mujer y centro, nombre de la legendaria Reina de Saba, es el personaje sobre el cual gira gran parte de las narraciones, y sus satélites son Derlis, el deseado en el viaje fabuloso de vivir, y Rogelio Suárez, que es la corrosión, lo agresivo.

Envueltos bajo el manto temático de lo urbano, lo fantástico, estos cuentos también dejan ver la violencia en la atmósfera en la cual se desenvuelven los personajes. “Sombras nada más” y “La muerte se toma con soda” parecen confirmar lo anterior, debido a cierto humor y fábula negra que hay en ellos.

Todo tiene su final, incluso estos personajes que se niegan a morir y no se atreven a ser del todo ellos mismos, imitándose unos a otros, deambulando de un lado para otro, dejándose guiar por ese cauce que es la vida.

Otros libros de Raúl Cazal son el libro de cuentos El bolero se baila pegadito (1988), el libro de poemas Algunas cuestiones sin importancia (1994) y, junto con Freddy Fernández, el libro de ensayo A quién le importa la opinión de un ciego (2006).

Tomado de Letrarte

29.5.12

Eddie Palmieri: Vivimos una tragedia ritmática

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 por Raúl Cazal | Foto: Maiquel Torcatt 
Azúcar fue lo que trajo Eddie Palmieri, el primer latino en recibir un Grammy (en 1975, por su disco Sun of latin Music), para festejar en Venezuela sus 75 años de vida, aunque prefiere decir que son 25, como le enseñó el trompetista cubano Alfredo “Chocolate” Armenteros: después de los 50 años, afirmaba, hay que quitarse uno por año cumplido.

15.5.12

Una novela negra se hace mejor desde la oscuridad del sistema

por Raúl Cazal  
Foto: Maiquel Torcatt  


Lorenzo Silva escribe novelas policiales en un país que está consternado actualmente –más allá de la crisis económica– porque el Barça y el Real Madrid han quedado fuera de la Champion League. Sin embargo, a pesar de que “la cultura no es un bien de primera necesidad” –lo dice sin dejo de rencor–, sus libros han sido marcados por los premios literarios, desde que su novela La flaqueza del bochevique quedara finalista en el Nadal, en 1997, y fuera llevada al cine por Manuel Martín Cuenca, en 2003.

22.4.12

Chávez rescató al socialismo de ser una mala palabra



Entrevista con Germán Sánchez Otero, ex embajador de Cuba en Venezuela
por Raúl Cazal


El golpe se veía venir y, sin embargo, “nadie estaba preparado”, reflexiona el ex embajador cubano Germán Sánchez Otero, hoy de vuelta en Venezuela para presentar su libro sobre el golpe de Estado perpetrado en 2002: Abril sin censura.

Sánchez Otero permaneció en el país como embajador de Cuba entre 1994 y 2009, tiempo suficiente para conocer la cultura, pero sobre todo, la historia venezolana. Licenciado en Sociología, profesor de Filosofía e Historia en la Universidad de La Habana y en la Católica de Chile –cuando el gobierno de Salvador Allende–, mantiene siempre una conversación amena, con un hablar pausado.

13.4.12

La retoma de VTV estuvo acompañada del pueblo


Las movilizaciones populares de los días 12 y 13 de abril de 2002 en contra del golpe de Estado en Venezuela no estaban siendo transmitidas por los medios audiovisuales. El pueblo que respaldaba al presidente constitucional Hugo Chávez no tenía un medio de comunicación por donde expresar su descontento porque los golpistas habían logrado apagar la señal del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV, canal 8), por donde había librado una batalla comunicacional desigual.

“Apenas contábamos con cuatro cámaras y media. Media porque una de ellas no tenía sonido”, relata Rubén Hernández, quien acompañó a Jesús Romero Anselmi, presidente de VTV, hasta el momento en que perdieron la transmisión del canal a las 10 de la noche del 11 de abril y cuando la recuperaron dos días después.

Al segundo día del golpe de Estado, los gobiernos de George W. Bush, EEUU, y José María Aznar, España, ya habían enviado saludos y buenos augurios a quienes habían usurpado la presidencia. Los periódicos desplegaron editoriales, artículos y avisos publicitarios que respaldaban a quien se había autoproclamado como Presidente de la República, Pedro Carmona Estanga, que eliminó todos los poderes constitucionales y se los adjudicó, como reseñó el periódico Últimas Noticias en su portada del 13 de abril con un Carmona sonriente: "Plenos poderes".

Romero Anselmi junto con Hernández decidieron rescatar VTV y se pusieron de acuerdo después de llamarse por teléfono a las 5 y 30 de la mañana de ese sábado. Pasaron frente al canal para ver cómo estaba custodiado y verificaron que tenían apostados frente al edificio de la televisora a dos policías metropolitanos. Siguieron hacia la esquina y allí se encontraron a los documentalistas Francisco Gozon y Ángel Palacios que también llegaron con la misma idea.

–¿Tienes algún fuco (arma)? –le preguntó Hernández a Palacios después del saludo y la alegría compartida por las coincidencias en retomar el canal.

–Cargo la cámara –respondió Palacios.

Decididos a enfrentar a los policías con cámara en mano, se dirigen hacia las puertas del canal y en eso llegan seis autobusetas llenas de gente que venía de Petare (este de Caracas), con la misma intención: restituir la señal del VTV. También confluyeron con ellos dos fiscales, que junto con Romero Anselmi, discutían con los policías para que les abrieran paso. Los dos fiscales eran Sader Chanto, director de Delitos Ambientales de la Fiscalía, y Danilo Anderson, su segundo a bordo.

El Palacio de Miraflores también estaba rodeado de gente que desde diferentes lugares de la ciudad se desplazaron al centro de Caracas, unos a pie otros en vehículos, algunos portaban banderas y pancartas que pedían ver a Chávez.

–Si agarramos el 8, resolvemos el problema –dijo Aristóbulo Istúriz dentro de Miraflores convencido de que al tomar canal se lograba restituir lo que habían quebrado los golpistas e informar a la población, no sólo nacional, sino internacional, de que en Venezuela el presidente Chávez no había renunciado y que estaba secuestrado; pero también estaba en conocimiento de que existía un problema técnico en la planta televisora, además de que estaba tomado.

Y realmente existía un problema técnico. El 11 de abril, el entonces gobernador del estado Miranda, Enrique Mendoza, dijo desde un canal privado que la señal de VTV iba fuera del aire. Y la orden se cumplió. A la media noche llegan fuerzas policiales del estado Miranda acompañadas de periodistas y camarógrafos de la televisora Globovisión. Una hora antes había salido del canal Jesús Romero Anselmi, el único que quedaba.

Cuando llegó la policía a tomar VTV, adentro estaba Palacios, pero se mimetizó con su cámara en mano. Él había acudido al llamado de Romero Anselmi para que le enviaran imágenes de lo que estaba sucediendo porque desde las 4:00 de la tarde ya no tenía operarios, ni ningún tipo de personal.

–Yo conozco de cámaras, de televisión, de cine, pero de un control master de una planta televisora, nada –dice con gracia Hernández ante el infortunio, hasta que logra poner al aire un programa en donde entrevistaban al padre Vives Suriá y un documental de la Esquina de Pajaritos. Ahora sólo le faltaba conocer cómo enlazarse con la microondas que estaba en Miraflores.

Hernández sale corriendo en dirección para la oficina de Presidencia de VTV. Cuando se consigue a “Chucho” –como cariñosamente era conocido Jesús Romero Anselmi–, le cuenta los logros.

–Qué bueno. Sólo que ahora estamos presos –le responde sin perder el humor Romero Anselmi.

El capitán de la Guardia Nacional Alonso José Rodríguez Monroy, que debía custodiar el canal junto con sus soldados se retiró con la excusa de que venía una fuerza de fuego importante, no sin antes pedir hablar ante las cámaras y así lo hizo, sólo que nada más salió el audio porque Hernández tomó la precaución de quitar la visión.

La última imagen que salió por VTV fue la del entonces diputado Juan Barreto, después de varios intentos que realizaban desde el canal en contacto con Teresa Maniglia para enlazar la microondas instalada en Miraflores.

El 13 de abril, Hernández volvió a estar frente a los controles del máster de la televisora, sólo que esta vez todo estaba desenchufado, cables picados y regados por el suelo. Los que allanaron el canal lo dejaron como lo había anunciado por televisión el gobernador Mendoza (actualmente diputado de la Asamblea Nacional).

“Tuvimos que conseguir un cable tan largo como para conectar una cámara con la ponchadora del máster. Fue así como pudimos lograr restablecer la señal de VTV”, relata Hernández.

Las primeras imágenes son las de Jesús Romero Anselmi junto con los fiscales Chanto y Anderson. Luego se incorporan Barreto y el periodista Vladimir Villegas. La señal se va momentáneamente porque alguien tropieza el cable y se desconecta. De ahí en adelante, Romero Anselmi toma la previsión de colocrse detrás de la cámara para sostener el cable y que no se vuelva a desconectar.

A las afueras del canal se mantenía la manifestación en respaldo al presidente Chávez, ávida de conocer lo que pasaba porque los canales privados sólo transmitían dibujos animados y películas. Nadie se movió de allí hasta ver las imágenes de VTV al aire y se mantuvieron luego, para resguardar el canal 8.

30.3.12

El ABC de Paraguay


El 3 de febrero de 1989 el dictador paraguayo Alfredo Stroessner se dirigió a plena luz del día al aeropuerto internacional –que para ese entonces llevaba su nombre– y tomó el avión de Líneas Aéreas Paraguayas (LAP) que lo llevó al exilio en Brasilia, Brasil. En la madrugada de ese día, su mano derecha y consuegro Andrés Rodríguez, comenzó las escaramuzas militares para defenestrarlo después de haber estado 35 años en el poder.
“El tiranosaurio”, como lo llamaba el escritor Augusto Roa Bastos, contó con la complicidad de los medios de comunicación privados y el departamento de Estado de los Estados Unidos (EEUU) para mantener al Paraguay bajo un régimen de represión y tortura, de refugio de criminales como el nazi Joseph Mengele y el dictador nicaragüense Anastasio Somoza, quién se refugió allí después del triunfo de la revolución sandinista en 1979.
ABC Color es uno de los matutinos que actuó servilmente frente al dictador Stroessner, pero ahora sufre de amnesia cuando se trata de escribir la historia contemporánea y su dueño, Aldo Zuccolillo, pretende convertirse en el defensor de la “democracia” y de la “libertad de expresión” de Paraguay.
A diario, las portadas y páginas internas de ABC Color incitan a la opinión pública a estar contra el Gobierno y el presidente paraguayo Fernando Lugo –similar a la tortura psicológica inflijida a los antiguos prisioneros del régimen, cuando dejaban caer, continuamente, una gota de agua sobre la frente –. Claramente anticomunista desde los tiempos de Stroessner, también ataca sistemáticamente la integración latinoamericana y a los países que han solicitado su adhesión al Mercosur, en especial, a Venezuela y el presidente Hugo Chávez.
La democracia según ABC Color
El editorial “Ni derecha militar ni izquierda salvaje” del viernes 3 de febrero pasado, 23 años después de la caída de Stroessner, hace mención al terror que se impuso durante 34 años de dictadura, pero al comparar con el actual gobierno, el presidente Lugo queda como lo más “lamentable” que le ha ocurrido a Paraguay.
“Quienes actualmente nos gobiernan, desgraciadamente, están dando muestras de desprecio por la vigencia del estado de Derecho similares a las que en el pasado daban los adulones del sable y de las botas. El presidente Fernando Lugo y su equipo, fieles seguidores del manual del bolivarianismo marxista totalitario creado por el gorila Hugo Chávez, pretende instaurar en el país un régimen político verticalista que compromete seriamente nuestro modelo de vida republicano”,  reza uno de los párrafos del editorial de ABC Color.
Tuvo que pasar 30 años de dictadura, cuando en 1984 Stroessner clausuróABC Color, para que Zuccolillo se “percatara” de los crímenes del régimen dictatorial. Su complicidad ahora se silencia en el periódico y demás medios de comunicación privados sin dar cuenta que el Dictador fue invitado de honor y padrino de la inauguración del diario, el 8 de agosto de 1967.
“Defendió con vehemencia la política y la larga era de paz y de progreso del gobierno del general Stroessner”, escribió el periodista Nemesio Barreto Monzón en “Periodismo y servilismo”, trabajo de investigación sobre los vínculos de Zuccolillo con Stroessner y su colaboración con la represión desde diversas áreas, bien con la delación –como fue la publicación de la foto del sacerdote español Miguel Sanmartí García como supuesto jefe de una “organización terrorista”–, la venta de automóviles Chevrolette para la policía stronista –llamada “caperucitas”–, hasta la donación que realizó el 8 de marzo de 1979 de 8.000 dólares para que el director del centro de detención, tortura y muerte llamado “La Técnica”, Antonio Campus Alum, denunciara ante el Congreso de la Liga Anticomunista Mundial (WACL, por sus siglas en inglés) la “maniobra procomunista” del presidente Jimmy Carter contra el régimen de Stroessner.
Zuccolillo consideraba que la dictadura de Stroessner era una “auténtica democracia” y hasta ahora investigadores no han conseguido ni una prueba de que “alguna vez haya hecho una denuncia sobre la violación de los derechos humanos”, refiere Barreto.
El 16 de agosto de 1977 ABC Color emplazó al presidente estadounidense Carter, porque era importante “hacer comprender a Estados Unidos que su actual planteo [sobre derechos humanos] necesita correcciones, así como también garantía de que no abandonará a las auténticas democracias al comunismo en ningún momento y bajo ningún pretexto. Y hasta hoy no tenemos esa garantía”.
El “diario joven con fe en la Patria”, como se autodenominó en sus inicios,comulgó con la dictadura y la nueva Constitución –también estrenada en el mismo año de aparición del periódico– que prohibía la difusión y estudio del marxismo.
En el artículo 71 de la Constitución de 1967 sentenciaba que “La libertad de pensamiento y la de opinión quedan garantizadas por igual para todos los habitantes de la República”, pero dejó expreso seguidamente que “No se permitirá predicar el odio entre los paraguayos, ni la lucha de clases…” [itálicas nuestras].
La enconada posición anticomunista aliaba al dictador y al empresario, incluso con la Asociación Nacional Republicana (ANR, Partido Colorado) que respaldó políticamente al régimen dictatorial. A mediados de 2011 se descubrió un manual de la dictadura que circuló a partir de 1976 bajo el título de “Principios y métodos para combatir al comunismo internacional” firmada por la Junta de Gobierno del Partido Colorado y elaborado por la “Comisión Permanente Especial encargada de llevar a la práctica la lucha contra el Comunismo”.
En el Manual se estableció que se debía perseguir toda disidencia política y que quienes criticaban a Stroessner eran “agentes comunistas”.
La “ecuanimidad” constitucional
Los medios públicos de Paraguay, recientemente creados, se han dado a la tarea de recuperar la memoria política y social del país. Sin embargo, se han encontrado con diversos escollos, como la desaparición total de los archivos de la Radio Nacional del período de la dictadura.
El ministro de Información paraguayo, Augusto Dos Santos, denunció ante la Comisión de Verdad y Justicia la desaparición de los archivos que "marcaron una historia negra del uso de los medios del Estado en favor de una prédica sectaria y atemorizadora", expresó en la apertura de la “Semana de la memoria”, el 30 de enero, en Asunción.
La nueva televisora pública y la joven agencia IP Paraguay –que el 19 de enero cumplió 3 años–, libran una batalla desigual contra los medios de comunicación privados que en su mayoría provienen de la época de la dictadura. Sin embargo, existe la percepción de que el periódico ABC Colores quien impone la agenda de discusión política nacional y la de los demás medios de comunicación nacionales.
El 24 de enero pasado aparece, en portada de este periódico, el titular principal: “Efraín Alegre le pide a Lugo que renuncie”. Alegre fue ministro de Obras Públicas del gobierno de Lugo, es senador en el Congreso y actualmente es precandidato presidencial por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA). Ese mismo día Alegre “dejó en claro que en ningún momento pidió la salida del Presidente de la República” y así apareció en el periódico al día siguiente, pero sin ningún llamado especial. Mucho menos en portada, como lo establece cualquier código de ética periodística.
El Senador del PLRA generalmente aparece con poca relevancia en ABC Color y cuando tiene algún destacado en sus páginas aparece con sorna: “Juicio político no es viable, dice Alegre” [itálicas nuestra], en referencia al Protocolo de Ushuaia II que firmaron los presidentes de Mercosur, reunidos recientemente en Montevideo, por el que pretenden hacer un juicio político sobre la base de que Lugo firmó algo ilegal. El Protocolo establece el compromiso de las naciones miembros de Mercosur a fortalecer la democracia y limitar a quienes en un futuro pretendan quebrantarla mediante golpes de Estado.
El dirigente y fundador del PLRA, Domingo Laíno, defendió la firma del Protocolo a propósito de lo vivido en Honduras, “donde un golpe de Estado derrocó al presidente (Manuel Zelaya) electo constitucionalmente, fue apresado y expulsado del país. También está el caso de Ecuador, donde políticos, policías y militares impulsaron un golpe de Estado fallido contra el presidente Correa”. La nota apareció en ABC Color el 10 de enero bajo el título: “A favor de medidas más severas”.
“Le llama la atención que antes, cuando existían dictaduras, los voceros de hoy también reclamaban cláusulas democráticas y solidaridad internacional para cambiar el proceso, y ahora que justamente en todos los países reinan democracias critican un documento que pretende afianzar las democracias en la región”, escribió la Redacción del periódico y en ningún momento aclaran a qué dictadura se refiere Laíno y quiénes son los “voceros de hoy”.
Laíno sin embargo fue más explícito al final de la nota sin firma, que “muchos de los que hoy están gritando contra esta firma son los que más creen en la libertad de empresa que de prensa, son aquellos que no ven con claridad la diferencia que existe entre libertad de empresa y libertad de prensa”. La alusión es con ABC Color, pero esto no se explica en la noticia publicada.
En la actual Constitución, que se aprobó en 1992, en el artículo 28, “Del derecho a informarse”, dice reconocer el derecho de las personas a recibir información veraz, responsable y ecuánime.”
La “ecuanimidad”, para ABC Color, está en colocar en página enfrentada al diputado colorado Oscar Tuma (h) con el siguiente titular: “Lugo firmó un disparate y debe ir a juicio”. Supuestamente el parlamentario envió por correo electrónico a la presidenta de la ANR, Lilian Samaniego, un borrador de su pedido de juicio político contra Lugo por haber firmado del Protocolo de Ushuaia II, por lo que “ameritó” ser destacado en el periódico.
Y como colofón, en la portada de ese 10 de enero utilizan burdamente el patriotismo en el titular principal al intentar relacionar la Guerra de la Triple Alianza, que se libró durante un lustro a partir de 1870, muy viva en la conciencia nacional paraguaya: “El luguismo, a favor de la intervención del Paraguay”, con el siguiente antetítulo: “Referentes [partidarios del presidente Lugo] defienden cláusula que permite bloqueo”.
El director y dueño de ABC color, Aldo Zuccolillo, con el dictador Alfredo Stroessner
La fortuna amasada
Las manipulaciones y mentiras se reproducen a diario en el periódico de Aldo Zuccolillo, empresario que logró amasar una fortuna gracias a empresas que formó bajo la protección del dictador Stroessner y que se empezó a alejar de éste una vez que en la región comenzó a cambiar el panorama político. Argentina regresó a la democracia en 1983 y en Brasil comenzaron las manifestaciones populares contra la dictadura.
En el libro Herederos de Stroessner, del periodista Idilio Méndez, se detallan los negocios de Zuccolillo, entre los que se encuentra una sociedad que fundó en 1989 con Juan Carlos Wasmosy –presidente de Paraguay entre 1993 y 1998– para la creación de una empresa dedicada a la transmisión televisiva por cable, Telsat S.A. A esta sociedad se sumaría, para dirigirla, Luis Raúl Menocchio, actualmente implicado en el asesinato de cinco personas, dos en Paraguay y tres en Argentina.
La familia de Zuccolillo es accionista y propietaria de Financiera Atlas S.A., Inmobiliaria del Este, Consultora Atlas, Hotelera Atlas, Silpar (anteriormente La Perseverancia), Imprenta Mercurio, Núcleo S.A (Personal), La Metalúrgica, Mariscal López Shopping, Shopping Mariano, Zusa SACI (empresa dedicada a la ganadería y el rubro de combustibles), Pety S.A. y, hasta hace unos años, la cadena de supermercados Superseis, entre otros.
Sus familiares fueron parte del entorno de Stroessner: Conrado Pappalardo, su cuñado, fue maestro de ceremonia de la dictadura; su hermano Antonio Zuccolillo fue designado embajador en Londres en 1980 y el hijo de éste, Hugo Fernando, en 1974 contrajo matrimonio con María Olivia Stroessner, hija del dictador. Los “Archivos del Terror”, que fueron hallados en 1992 por el periodista Martín Almada, revelaron que Julio César Zuccolillo, otro hermano de Aldo, era pyrague (delator, informante de la policía).
La verdad y la justicia
El Informe de la Comisión Verdad y Justicia (CVJ) dio aconocer que durante el régimen stronista se efectuaron 20.820 detenciones irregulares, de las que resultaron víctimas un total de 19.862 personas. “El régimen realizó en promedio 612 detenciones, 584 personas por año, casi dos detenciones por día, durante 34 años”, destaca la agencia IP Paraguay del Informe en la “Semana de la Memoria”.

“La tortura en el Paraguay es la base de la represión, es el corazón del sistema que permite al régimen de Stroessner mantenerse”, declaró el ex embajador de EEUU en Paraguay Robert White ante un Tribunal de Justicia de su país sobre el caso de tortura y asesinato del joven Joel Filártiga.
La CVJ estima que 18.772 personas fueron torturadas por la dictadura y dejó una secuela de terror de tal magnitud que el día en que era derrocado el Dictador, los paraguayos y paraguayas no salieron a la calle inmediatamente a celebrar, porque pensaban que era una simulación de Golpe, una trampa.
ABC Color fue cómplice de ese terror impuesto por Stroessner. Su admiración por las dictaduras lo llevó a indignarse cuando Augusto Pinochet fue detenido en Londres, 1998, para ser extraditado y enjuiciado en España por crímenes de lesa humanidad. Para Zuccolillo era incomprensible que el ex dictador chileno, quien “modernizó y trajo prosperidad” a Chile sea detenido “arbitrariamente” fuera de su hábitat “natural”, cuenta Barreto en “Periodismo y servilismo”.
Ahora el periódico y sus dueños se presentan, sin ningún rubor, como preocupados por los “intereses” nacionales y la “democracia”. El 26 de enero publica en primera página: “Ex jefes militares ven intención de autogolpe”, sin dejar de lado el tema del Protocolo firmado en Montevideo. Debajo de ese titular presentaron una foto de una manifestación violenta de políticos ecuatorianos opositores que se negaban a la disolución del Congreso para hacer la consulta de la Constituyente.
“Ushuaia II es para perpetuar a autócratas”, reza el titular de la foto antes descrita. A primera vista parece que es una manifestación en Asunción, Paraguay, pero la leyenda es una perla informativa que se explica por sí misma: “Usan como argumento la dudosa intentona de golpe a Rafael Correa. Cuando Correa atracó alevosamente el Congreso de su país en 2007 (foto), ningún gobierno de la zona movió un dedo” [itálicas nuestra].
Para ABC Color disolver el Congreso que obstaculizaba la consulta del soberano para convocar a la Constituyente en Ecuador fue un “atraco alevoso” del presidente Correa; Chávez es un “gorila”; Pinochet es un “modernizador” y la firma del “Protocolo de Montevideo sobre Compromiso con la Democracia en el Mercosur (Ushuaia II)” es un “atentado” a la soberanía paraguaya.
Stroessner logró que los medios de comunicación hegemónicos nacionales e internacionales tejieran un velo de cuasi olvido sobre el régimen oprobioso y criminal que lo mantuvo en el poder por 35 años. En la actualidad, ABC Color cumple el papel que la dictadura stronista impuso a Paraguay, mantenerla aislada del nuevo escenario político latinoamericano que tiene como eje principal el fortalecimiento de la democracia y de la integración regional.

Raúl Cazal
Publicado en el suplemento dominical La Artillería del Correo del Orinoco y en AVN.

27.3.12

Ramón Reig: Los medios del mercado no respetan la voluntad popular

por Raúl Cazal 
publicado en Artillería, suplemento No. 92 de Correo del Orinoco 25/03/2012 y AVN.


A principios de 2003, Ramón Reig estuvo en Venezuela, atendiendo una invitación del Gobierno nacional al Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) de Valencia, España. Lo acompañaron economistas, especialistas en derecho constitucional, mientras que él venía como investigador de la comunicación social. Se reunieron con políticos, militares, ministros y finalmente con el presidente Hugo Chávez, en lo que consideró una “jornada de trabajo maratoniana”; sin embargo, pidieron reunirse con la oposición, que en ese momento estaba en pleno sabotaje petrolero, pero ésta se negó a reunirse con los especialistas.
“El país estaba casi en un estado de guerra. En Altamira había un alzamiento militar”, recuerda con asombro Reig, quien regresó ahora a Caracas para dictar unas conferencias sobre las investigaciones de sus más recientes libros, Los dueños del periodismo y Todo mercado, en la VIII Feria Internacional del Libro de Venezuela.
Cuando visitó el canal público Venezolana de Televisión en 2003, lo desconcertó la pobreza en que se encontraban sus equipos y aconsejó “hacer una transformación, si quieren hacer frente a los grandes monopolios mediáticos”.

8.3.12

Recorrido fugaz por la geografía literaria uruguaya


por Raúl Cazal
Edición especial del Correo del Orinoco para FILVEN 2012, 8 de marzo, y AVN
Horacio Quiroga, Mario Benedetti o Eduardo Galeano son escritores que regularmente se mencionan por sus cuentos, poesías o reflexiones y también para nombrar a su “paisito”, como sue­len llamar sus habitantes a Uruguay. País que en idioma guaraní puede sig­nificar “río de los pájaros” o “río de los caracoles”, pero que estaba habitado por indígenas charrúas, exterminados por los invasores españoles durante la colonización.
Oficialmente es la República Orien­tal del Uruguay y en el siglo XX se le conocía como “La Suiza de América” por sus logros en educación, salud e infra­estructura. La instrucción pública de Uruguay fue uno de los modelos que tomó el magisterio venezolano. De he­cho, con la llegada al país del pedagogo uruguayo Sabas Olaysola, se funda la Escuela José Gervasio Artigas, en Ca­tia, en homenaje al máximo prócer de esa nación. Poco después, bajo su guía, se crearía la Escuela Experimental de Venezuela, al final de los años 30.
Ariel
Que la educación haya sido una pre­ocupación en la Banda Oriental en los albores del siglo XX, se denota en Ariel, libro que José Enrique Rodó publicó en 1900, cuando apenas tenía 28 años, y que dedicó “a la juventud de América”.
Rodó postula “una concepción de la personalidad y, partiendo de ella, una visión del mundo, de la cultura, de la sociedad”, afirma Carlos Real de Azúa, para “alzarse frente al mundo y frente a los Estados Unidos, como símbolo ex­haustivo de todo sentido de cultura”, es­cribió el crítico Alberto Zum Felde.

4.3.12

Earle Herrera: Con El Caracazo se acabó el país de mentira


El periodista, escritor y diputado socialista afirmó que las empresas privadas de comunicación que le dieron cobertura a la revuelta de 1989, entendieron que fue un estallido social que se entroncó con el 4F, y por eso ahora quieren invisibilizarlo | Raúl Cazal
La Artillería, suplemento dominical del Correo del Orinoco, Caracas, 4 de marzo, 2010, pp 2-5 y en AVN.

Habían transcurrido 25 días de la “Coronación” de Carlos Andrés Pérez –como fue bautizado el acto de investidura del Presidente de la República– cuando el pueblo decidió hacer su propia fiesta. El 27 de febrero de 1989 también tuvo su nombre: “El Sacudón”, mejor conocido como “El Caracazo”, con saldos lamentables de muerte, que las cifras oficiales redujeron a 300, aunque miles de personas resultaron desaparecidas.
A Earle Herrera el 27-F lo agarró “en el lugar de los acontecimientos, como decimos ahora, en la avenida San Martín de Caracas”, relata el cronista, quien para ese momento era profesor de la cátedra de Periodismo en la Universidad Central de Venezuela. “Vivía frente al Guarataro, en la esquina de Palo Grande. Allí está una iglesia muy bonita, una iglesia gótica, y cuando empezaron los disturbios, yo vivía en un piso 13. Desde allí me tocó ver durante todos esos días cómo se desarrollaron las cosas”.

19.2.12

La figura solidaria de Juan Rodríguez


Estábamos acostumbrados a las ocurrencias de Juan Rodríguez, incluso a sus repentinas apariciones después de largas ausencias. Hace un mes compañeros del periódico Ciudad CCS, en donde laboraba, me informaron que estaba desaparecido y hoy, en su fecha natal, sus familiares lo encontraron en la morgue después de una angustiante búsqueda.
Supe de Juancito, como era comúnmente conocido, a principios de los años 80. Acompañaba en plan de ilustrador a los sonrientes Juan Barreto y Gustavo Rísquez, directores de Letras, un pasquín literario de los estudiantes de la Escuela de Comunicación Social de la UCV que luego trascendió al ámbito universitario y dejó de ser de unos palurdos pichones de periodistas cansados de las clases de periodismo.
“Cuando niño las maestras me ponían baja calificación por mis dibujos y ahora que soy adulto aplauden mis trazos infantiles”, reflexionó sonriente mientras ilustraba los textos “literarios” de Letras. Por aquella época, él se matriculaba en Sociología hasta que un día le dijo adiós a esa Escuela con un grafitti en el pasillo de la Facultad: “Webber es marico”, y firmó: “Marx”.
Dejó la Escuela, pero no abandonó la Universidad. Marchaba en las manifestaciones con los estudiantes y sacaba las patas del barro a quienes hacían panfletos y periódicos universitarios o alternativos –como llamaban a algunas publicaciones–, puesto que muchas veces sus dibujos decían más que las cuartillas publicadas.
En tiempos violentos creó el personaje Tozti, una “palomita de la paz” que guardaba más parecido con una “papa de la paz”; escribió poesía, con un gusto especial por lo erótico y lo urbano; y continuó con una obra plástica que para muchos es desconocida. Sus lúcidas caricaturas quizá sea lo que ha marcado su figura, también su amistad y su solidaridad.