1.4.07

Bautizo


El jueves pasado le quitamos el Diablo que tenía por dentro el libro A quién le importa la opinión de un ciego, J. L. Borges como hacedor de entrevistas, que fue publicado en noviembre del año 2006, distribuido a las librerías en enero de 2007 (por recomendación de gente que sabe de libros) y a finales de marzo lo pusimos en manos de un Dios escandinavo, por tratarse del autor de El Aleph.

En la presentación estuvieron algunos amigos y enemigos –como diría Silvio Rodríguez–. Pero sobretodo, los amigos se preguntaban: ¿Quién invitó al enemigo? Todos buscaban una explicación y la única respuesta que conseguí fue esta: «la ignorancia es aviesa».

Después vinieron las palabras de los presentadores que hicieron lo propio. Que como dice Carlos Ortiz –quien fungió de maestro de ceremonias–, tenía tiempo que iba a presentaciones de libros y por fin se encontró con una en donde los presentadores, en este caso Pablo Antillano y Leonardo Milla, hablaron sobre los autores y el libro, sin develar el final de la película.

A quién le importa la opinión de un ciego fue el trabajo de grado que presentamos en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela para obtener el título de licenciado. Nuestro tutor fue Earle Herrera y el jurado estuvo compuesto por Moraima Guanipa y Roberto Malaver. Ellos decidieron darle la mención publicación. Nosotros, tan solo acatamos sus deseos.

Tema: periodismo y literatura.
Hipótesis: Borges creó para la literatura el género entrevista.
Autores: Freddy Fernández y Raúl Cazal.

Leer: «A quién le importa la opinión de un ciego» revela nuevas facetas de Jorge Luis Borges

3 comentarios:

Don't Get Nasty Brother dijo...

Raúl por favor,todos sabemos que ese "enemigo" estaba ahí porque te admiraba, porque admiraba tu prosa.

Lo malo vino cuando se enteró quien eras realmente, trago seco pues hjajajajajajjaja

Por ahí dicen que nunca hay que conocer en persona a las personas que admiramos

Raúl Cazal dijo...

Juanito, tienes razón en lo último: nunca hay que conocer en persona a las personas que admiramos.

En lo primero, dudo mucho que al enemigo le guste la prosa del enemigo.

Don't Get Nasty Brother dijo...

Jajajaj o quizas se molestó porque fue un bautizo sencillo y humilde y no ofreciste canapès, como me imagino ofrecen en eventos similares a los que el sujeto en cuestión está acostumbrado a asistir...

Pensandolo mejor yo tambièn esperaba unos enrrollados de hojaldre.

Tremendo los discos del Klazz Brothers & Cuba Percussion, eso es lo que yo llamo "cabilla", y el "cunaguaro" no es ni la mitad de lo bizarro que la hiciste parecer cuando la describiste jejejej