7.11.07

Reforma para reformistas

No podría decir con certeza cuándo entendí que las revoluciones no se decretan y que hacerlas es mucho más complejo que intentar tomar el cielo por asalto. También comprendí hace bastante tiempo que no había un sólo camino para obtener el triunfo y que las revoluciones no necesariamente portan banderas rojas e ideales socialistas.

Desde que Hugo Chávez llegó a la presidencia, en 1998, comenzó a hablar sobre la Revolución Bolivariana y, una vez que entramos en el nuevo milenio, colocó un tema para la discusión: el socialismo del siglo XXI. Y todo esto lo hizo con un discurso singular, en donde el pueblo se sentía expresado y porque fue la chispa para una nueva forma de entender la realidad nacional y latinoamericana. Es por ello el apoyo popular que hoy tiene el presidente Chávez y que se expresa no sólo en encuestas, sino también cada vez que se llevan a cabo comicios.

Ahora estamos convocados al 2 de diciembre para aprobar la reforma de la Constitución Bolivariana mediante un referendo y Chávez nuevamente da un giro con lo que históricamente entendemos por “reforma”, especialmente para quienes somos de izquierda.

Ser reformista siempre fue un término peyorativo y fue utilizado para diferenciarnos de quienes optábamos por los cambios radicales, por los que siempre soñamos con hacer la revolución. Pero qué paradoja; los reformistas de hoy son los revolucionarios porque hacer una reforma constitucional tiene signos de profundización, en este caso, de la Revolución Bolivariana.

Los cambios se han dado paulatinamente en Venezuela y cada intento por modificar los modelos, relaciones y estructuras de poder, ha tenido una virulenta reacción por parte de los sectores más conservadores de la sociedad venezolana. Especialmente, si el cambio es de un modelo de sociedad capitalista por uno socialista, como está planteado en la reforma constitucional. Es por eso que es importante que todos los sectores de la sociedad participen en la discusión sobre la sociedad que queremos.

Extrañamente la propuesta de hacer la reforma ha puesto en duda las convicciones de algunos compañeros y compañeras que han apoyado la Revolución Bolivariana, especialmente después del llamado del ex ministro de Defensa Raúl Isaías Baduel a votar por el No. Algunos no ponen en duda la propuesta del presidente Chávez, pero sí los artículos adicionales que propone la Asamblea Nacional. Unos por desconocer el contenido, otros porque no se sintieron partícipes en las discusiones o porque se aprobó rápidamente para llegar a tiempo a la entrega de la propuesta al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que el primer domingo de diciembre estemos nuevamente frente a las urnas electorales.

Puedo entender algunas de sus dudas, sobre todo por las formas en que se ha realizado la discusión y aprobación de los artículos, pero la Constitución es tan sólo el retrato de los cambios que vivimos en Venezuela. Ahora, lo que está en juego es la Revolución Bolivariana y lo que tenemos por delante es construir una sociedad socialista, además de aprobar la reforma.

ABN

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